72
Facultad de Ciencias Políticas y Sociales
muchas actividades innovadoras, que
desde el sector de la informática y de
la electrónica, se van extendiendo a
la robótica y a las biotecnologías, con
una creciente explosión de nuevos
productos y servicios.
La experiencia adquirida y las
relaciones personales on y off line,
son partes fundamentales de las
competencias y del proceso formativo
de estos empresarios.
La Universidad me ha dado la validación
científica de lo que exploraba en casa
por mi propia cuenta. Una formación
llevada a cabo por puro placer
intelectual, relacionada con la pasión
por las tecnologías, por el ordenador
-cuenta el Director de una empresa
emergente del Centro de incubación
de empresas del Politécnico de Turín-.
Esta pequeña empresa es formada por
tres socios que desarrollan software
de código abierto para construir redes
de conexión de servicios (Berra,
2014)
4
.
La definición de competencia
supera tanto el tradicional ámbito
de función (conjunto estructurado
de tareas) como el más amplio
de rol (conjunto de conocimiento
profesional, esquemas conceptuales
de las actividades operativas que
caracterizan la función desarrollada),
según su descripción en los manuales
de organización empresarial. Se
enriquece con elementos tales como
las motivaciones, las elecciones,
las historias de los recorridos y de
las pasiones individuales, que se
4 Las entrevistas están tomadas de Berra
(2014). Nuovi paradigmi tecnologici produttivi
organizzativi e relazionali, y, Social software e
social network per le imprese. En Berra ( ed),
Cooperare per innovare. Torino: Rosenberg &
Sellier.
encuentran con otros recorridos en
un proyecto común.
Según el fundador de una
compañía de vídeos virales,
el empresario digital es un joven
empresario que se lanza en el
mundo de Internet y de las nuevas
tecnologías y que no necesita nada
más que un ordenador personal, una
conexión de red y un móvil. Desde
ese momento en adelante todo el
resto es: idea, labor y venta (Berra,
2014).
Estas
figuras
profesionales
demuestran una fuerte tendencia a
la autonomía, a la responsabilidad,
una necesidad de afirmar sus propias
competencias específicas y su propia
creatividad, que se puede resumir
en la creciente exigencia de un
mayor reconocimiento profesional
e individual, en un contexto
de compartición y también de
competición. Las habilidades suaves
tales como: deseo de innovar, pasión,
motivación, diversión, creatividad,
compromiso en el trabajo, iniciativa y,
sobre todo, capacidades relacionales,
se combinan con habilidades duras
tales como: el rigor, la profesionalidad
y las capacidades de uso, comprensión
y construcción de las tecnologías
que los orientan en aprovechar las
oportunidades y evitar las trampas de
la red (Lanier, 2010).
En los casos de los profesionales
citados, se integran saber hacer y
saber ser. Las habilidades cognitivas,
relacionales, creativas y tecnológicas
se combinan entre ellas y reincorporan
y re-interpretan, las obligaciones
inscritas en las dimensiones de
funciones, como cumplimiento puntal
de tareas y de rol, en tanto conjunto