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Revista Espacios Políticos
trabajo, al modelo de negocios, hasta
las prácticas de ciudadanía activa.
1. La construcción de compe-
tencias en la cuarta revolu-
ción educativa. La innovación
pedagógica. Colaborar para
aprender
Un célebre refrán recuerda que
no hay que dar pescado al hombre
hambriento, sino una caña para
pescar. Hay también que proporcionar
cañas para pescar con excelente cebo
e indicaciones sobre dónde encontrar
peces. Las cañas son las herramientas,
los sistemas de elaboración de las
informaciones, mientras que los
peces son los contenidos, o sea las
informaciones mismas.
Aplicando tal imagen al saber
significa que este no puede ir trasmitido
de manera mecánica y pasivamente.
Es necesario proporcionar los
instrumentos para aprender y hacer
posible que los estudiantes aprendan
a construir conocimiento entre ellos y
con los docentes.
El desarrollo de formas
personalizadas de aprendizaje, la
creación activa por parte del sujeto
de su propio saber en una relación
de colaboración con los demás
(coetáneos y docentes) y con los
contextos de aprendizaje, implica un
fuerte relanzamiento de la innovación
pedagógica y de un enfoque
construccionista del saber.
Para este movimiento
psicopedagógico, el conocimiento
no puede ser transmitido de forma
pre-confeccionada a otra persona,
sino que es la persona misma la que,
interaccionando con las informaciones,
construye un conocimiento propio.
Además, el conocimiento no es creado
de manera autónoma por el individuo,
sino que es el resultado de un proceso
de interacción y compartición de
experiencias con otros. Entonces, el
constructivismo extiende el concepto
de aprendizaje del individuo a un
grupo social, que crea su saber
colaborando con la realización de una
cultura de artefactos compartidos.
En particular, para Samuel Papert
(uno de los fundadores del Laboratorio
de Inteligencia Artificial del Instituto
Tecnológico de Massachusetts – MIT),
las capacidades se desarrollan con
la acción; es decir, a través de la
evolución del pensamiento concreto.
Cada construcción mental lleva, de
hecho, a un buen resultado cuando
está apoyada por la construcción de
algo concreto; un producto material
que puede ser enseñado, discutido,
analizado, sondeado y admirado
porque está allí y existe. “Puede
tratarse de un castillo de arena o de
una teoría sobre el universo”(Papert e
Harel, 1991).
Se cuenta que un día, Papert
estaba discutiendo con Piaget sobre
un problema fundamental de la
inteligencia artificial: hacer posible
que las máquinas aprendieran. Piaget
le sugirió en cambio que estudiara las
modalidades a través de las cuales, las
máquinas podían ayudar a los chicos
a aprender mejor. Para Papert fue el
comienzo de una conversión hacia
una nueva religión. Diseñó el lenguaje
de programación LOGO, basado en la
misma lógica del juego para niños
LEGO. Se abrió el camino para la
creación de una serie de objetos de
aprendizaje (learning objects), como