66
Facultad de Ciencias Políticas y Sociales
seguros, la European Strategy for a
Better Internet for Children apoya un
proyecto colaborativo y educativo que
compromete a la Unión Europea con
los Estados miembros, los operadores,
los productores de telefonía móvil
y los proveedores de los diferentes
servicios y de las redes sociales
(http://ec.europa.eu/digital-agenda/
en/european-strategy-deliver-better-
internet-our-children).
Si por una parte internet ha
permitido el desarrollo exponencial
de un patrimonio de informaciones
y aplicaciones a bajo coste, por la
otra se hace cada vez más necesario
un proceso de selección y de
verificación del material publicado.
El empeoramiento de la calidad, el
riesgo de una información basura
(spam, comentarios sin sentido,
conjeturas y teorías estrafalarias,
manías colectivas) ha generado
un intenso debate (Lanier 2010;
Morazov.2012).
En el contexto anterior, las
instituciones educativas pueden jugar
un papel fundamental para utilizar, de
la mejor manera posible, las nuevas
tecnologías y las potencialidades
puestas a disposición por internet y
por los servicios del web 2.0 y todas
las ulteriores y sucesivas aplicaciones.
Así pueden mejorar las condiciones
culturales y tecnológicas que desarro-
llan en ese proceso de formación y
educación, que ayuda e incrementa
las innovaciones y su capacidad de
empleo. En este proceso el desarrollo
de prácticas de intercambio y
aprendizaje cooperativo no tiene
carácter ideológico, sino estratégico.
Mediante un juego no de suma cero,
sino cooperativo entre los diferentes
actores sociales, institucionales y
económicos, se pueden construir,
en amplia escala, experiencias e
intercambios de conocimiento eficaces.
Por ejemplo, el mismo uso y la creación
de bienes a través de internet ponen
en evidencia la forma como los actores
individuales contribuyen a crear bienes
colectivos y públicos, a través de la
estructuración de organizaciones en
red o redes de organización.
Por lo anterior, educar para
prácticas cooperativas es parte esencial
de la gran revolución que, desde la
escuela, se extiende al trabajo y a la
participación institucional y política.
Hay que aclarar que el significado
y el contenido del término cooperar
no es unívoco. Se puede cooperar
para ciertos objetivos y competir
para otros; colaborar con muchos y
no solo con alguien para desarrollar
nuevo conocimiento, y competir
con todos en la creación de nuevos
productos y nuevos servicios. Por ello,
ha sido creado el término coopetition
(cooperación-competición). Es la idea
que se está desarrollando en el gran
espacio de la comunicación construido
por las redes telemáticas. De hecho,
una estrategia meramente competitiva
no es eficaz en un contexto como el
de la Web 2.0, donde las mismas
empresas deben competir no solo en
el mercado nacional e internacional,
sino también con una nueva masa de
usuarios; ellos mismos son parte de
la esfera productiva en la creación de
innovación.
En los párrafos siguientes se
pone en evidencia cómo el ejercicio
de prácticas cooperativas constituye
una metodología y una herramienta
que favorece el desarrollo de procesos
innovadores, que desde la escuela
llegan a interesar al mercado del