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Facultad de Ciencias Políticas y Sociales
Sin embargo, los aprendizajes
en el país de destino también
pueden tener el efecto contrario: la
experiencia de vivir y trabajar en una
economía postindustrial avanzada
expone a los migrantes a una cultura
de consumo que les inculca demandas
de bienes y servicios, y otros patrones
de vida imposibles de satisfacer con
los ingresos que podrían obtener en
su país de origen (Ruíz, 2007).
Por otra parte, se ha señalado
que el impacto de las remesas sociales
está mediado por las condiciones
individuales y del entorno. En cuanto
al migrante como portador de remesas
sociales puede decirse que la manera
en que las personas migrantes
regresan a su lugar de origen afecta
el impacto de desarrollo del tiempo
que estuvieron fuera, —por ejemplo,
si son capaces de utilizar y cómo, las
nuevas habilidades que adquirieron—
y si se les dificulta reajustarse y
por ello van a migrar de nuevo en
un corto plazo. Si la confianza de
las mujeres en sí mismas aumentó
debido a la migración, ¿perdura esa
mayor confianza cuando regresan? Si
los hombres han asumido funciones
reproductivas,
¿se
[mantienen
cuando] los migrantes han retornado?
(Jolly y Reeves, 2005).
El impacto de estas remesas
trasciende los espacios microsociales
y tiene sus riesgos; pues si bien puede
ser una ventana de oportunidades(por
ejemplo, para la adquisición de
habilidades que se requieren en la
industrialización y para la organización
de un flujo de recursos para las
jóvenes
generaciones),
también
genera distinto tipo de conflictos y
alguna violencia.
Finalmente, con el enfoque más
centrado en lo social, se retoman
conceptos surgidos y empleados en
otros ámbitos, como el de capital
humano o el de capital social,
considerando su conformación y
desempeño dentro del proceso
migratorio.
1. Algunas referencias sobre mi-
gración-desarrollo en Guate-
mala y Centroamérica
8
En un estudio realizado en
Guatemala se concluyó que las
remesas reducen la incidencia de la
pobreza, en particular en los hogares
del área rural (Pineda, 2008).
Asimismo, se consideran las mejoras
específicas que se producen desde la
perspectiva del desarrollo humano,
pues las remesas monetarias,
además de incrementar el ingreso,
han contribuido a elevar el nivel
educativo, tal como lo evidencia un
estudio realizado en años recientes,
donde se apunta que los hogares que
reciben remesas monetarias gastan
casi un sesenta por ciento más en
educación que los hogares que no las
reciben (Adams, 2005). Esto implica la
elevación de los niveles de escolaridad
en población antes excluida y que no
se eleva únicamente en uno o dos
grados, sino se completan ciclos de
educación formal primaria —6 años—
, secundaria —3 años adicionales—
y diversificado —2 o 3 años más—,
8 Para este inciso agradezco los debates y aportes
de Guillermo Díaz, Wilson Romero y Miguel von
Hoegen del IDIES –Instituto de Investigaciones
Económicas y Sociales– de la Universidad Rafael
Landívar.