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Facultad de Ciencias Políticas y Sociales
comunes de lucha. Son convenientes
las articulaciones de esos diversos, a
partir de una plataforma coyuntural,
para sacar a este buey de la barranca
¿O hay algunos que deseen agudizar
las contradicciones hasta el punto de
una ruptura que no tendría hegemonía
popular?
Hay, sin embargo, muchos
desencuentros, posturas polarizadas.
Por ahí, los reclamos maximalistas
que exigen el cambio total, o nada.
Y, del otro lado, los conciliadores
que buscan construcciones que
den salida a los corruptócratas y
creen que la ley, que niega salidas,
puede ofrecer alguna solución.
(Y la escrupulosa posición de no
romper con un Estado de derecho
que ya está roto. Otra especie de
gatopardismo mojigato).
Contra una ruptura radical, se
expresan los gradualistas, que confían
en la recomposición de los órganos
gubernamentales, sin depurarlos.
El principismo raya en el
doctrinarismo intelectual y evade el
realismo que permita avanzar, en lo
posible y necesario, por un camino
de acumulación cualitativa, de
organización y lucha continua.
La incomprensión de las
alianzas convenientes encierra en
la homogeneidad y desperdicia
la posibilidad de la unidad entre
diversos.
La realidad en la que nos
insertamos es el movimiento real,
lo que acontece en los procesos.
Ahí concurre una diversidad social
compleja y difícil de integrarse en
una sola dirección. Lo que importa es
estar en el camino. La clave está en la
acción humana. Nadie es propiamente
pasivo. Los alcances y las capacidades
son igualmente diversos.
Es necesario avanzar, al ritmo de
los que luchan, sin arrebatos de voluntad
ni desalientos desesperanzadores.
Hacer de la coincidencia un diálogo,
un entendimiento, una razón con
movimiento. Para esto es necesaria
la flexibilidad que permita avanzar y
aprovechar los resquicios que muestra
el poder corrupto. Hay objetivos que
cohesionan, algunos inmediatos, que
atraen a muchos; otros duraderos en
su alcance, que fortalecen, templan y
maduran a los que resisten.
Para eso, debe considerarse la
diversidad de actores en pro y en
contra, saber ampliar con los que
quieren que las cosas cambien en
Guatemala. Y debilitar a los obtusos
y continuistas que no representan
mayoría.
Se trata de mejorar las
condiciones para avanzar. En esto, se
materializa el patriotismo.
Queda pendiente abordar
lo relativo a un amplio programa
patriótico para la construcción de una
Guatemala de todos (finalizado el 14
de septiembre de 2015).