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Revista Espacios Políticos
PODEMOS EN ESPAÑA.
¿PODREMOS EN
GUATEMALA?
1
David C. Martinez-Amador
2
A
puntaré primero una cuestión
meramente formal y estética:
el título propuesto no es
precisamente de mi simpatía. Lo
anterior, quizá por las puntualidades
del método comparado en ciencia
política y las obligatoriedades que
impone. En efecto, no hace falta
adelantarnos a las conclusiones. Es
oportuno que las nuevas generaciones
de estudiantes apunten hacia la
comprensión de nuestro objeto de
estudio: el Estado y sus procesos
institucionales.
Reflexionemos entonces desde
este umbral. Mucho tiempo ha
transcurrido desde aquel momento
en que la práctica democrática
representaba un ejercicio de acción
directa donde la totalidad del demos
masculinizado hacía uso del ejercicio
1 Basado en la conferencia inaugural del ciclo
de estudios de la Facultad de Ciencias Políticas
y Sociales de la Universidad Rafael Landívar. En
razón de los acontecimientos que han tomado
lugar en Guatemala y en España, se han añadido
algunos párrafos que contextualizan en tiempo
y lugar los retos de la institucionalización
democrática.
2 Ex Becario Fulbright-Laspau. Profesor
Universitario de Dedicación completa URL.
Sessional Lecturer Universidad de Guelph,
Toronto, Canadá, semestre de externado.
del diálogo. En este momento me
parece apropiado citar las palabras
de Manuel Almeida, uno de los
conocedores latinoamericanos más
respetados en relación al pensamiento
político de Sheldon Wolin. Dice
Almeida:
…Democracia, demokratia, kratós
(poder) del demos (pueblo), poder
del pueblo, gobierno del pueblo.
Para expresarlo como Aristóteles,
“tendremos democracia cuando los
libres y pobres, siendo muchos,
tengan el control del poder”
3
. Como
otro sinnúmero de cosas, le debemos
a la antigua Grecia este maravilloso
invento. Instaurada entre el 508 y
506 antes de nuestra era, en Atenas
la democracia tuvo su momento de
gloria durante el siglo V y hasta el
322 a. C. cuando Atenas cae ante los
macedonios. Esta democracia original,
la ateniense, ha sido y sigue siendo
admirada por muchos gracias a lo que
constituye algunos de sus elementos
que, por demás están ausentes en las
nuestras. Tal vez el elemento principal
de estos sea el que en la democracia
original los ciudadanos podían
participar directamente en la toma
de decisiones; de ahí que se le llame
comúnmente democracia directa
en contraste con las democracias
representativas en donde el mandato
del demos (pueblo) se expresa a través
de representantes electos, siendo esta
una de las diferencias principales entre
lo que muchos llaman democracia
de los antiguos en contraste con
la democracia de los modernos...
4
En términos generales, hoy,
los sistemas políticos modernos se
comprenden a raíz de tres categorías
3 Aristóteles, Política, Madrid, Alianza Editorial,
1998, p. 1290b(sic).
4 “Democracia puesta en entredicho: algunos
apuntes teórico-políticos” en Millenium, vol.
13-14, pp. 168-182. Bayamón, Universidad de
Puerto Rico, 2009-2010.