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Revista Espacios Políticos
es la ciencia de la política. Pero
no hay ciencias de la política, sólo
presentaciones, presentificaciones
de la política, casos (2012).
La ciencia política actual tiene su
precedente en la filosofía política, de
más larga data, y a la que Rancière
acusa de dedicarse principalmente a
los asuntos policiacos (obediencia,
formas de gobierno, división de
poderes, etc.) más que a los asuntos
políticos.
La
filosofía
política,
desde Platón hasta Althusser, se
ha preocupado más por justificar
el orden de dominación policial.
Aunque en la larga historia de la
filosofía política se han implementado
diferentes “figuras” que articulan
modos distintos de responder a la
demanda de fundamento, ha sido una
constante la exclusión de la política y
la supresión de la igualdad de todos
con todos.
Esta forma de filosofía -y
posterior ciencia- sería un ejemplo de
un sistema de pensamiento; trayendo
a colación a Foucault, estaríamos
hablando entonces de una técnica de
saber-poder.
8
Otra crítica igual de importante a
la ciencia política la hace Claude Lefort.
Cabe aclarar que a lo que Rancière
llama policía, Lefort llama política, y
a lo que Rancière llama política, él lo
llama lo político. Así, para Lefort, la
ciencia política circunscribe la política
a un ámbito específico de actividades,
relaciones, instituciones, junto a
otros (económico, jurídico, científico,
8 Por saber-poder, Foucault se refiere a la verdad,
la cual está siempre ligada a un sistema de poder,
es ella misma poder. Ver: Michel Foucault (2005).
Vigilar y castigar.
estético) dentro del espacio social. La
ciencia política da por sentado que
esas dimensiones preexisten a su
conformación, suponiendo que no hay
sociedad sin poder, ley, saber, división
de sexos, etc., como si estos fueran
elementos inherentes a toda sociedad
y la política fuera solo un modo de
relacionarlos y no su creación y
escenificación.
Para Lefort (1990) el significado
de lo político no puede ser reducido
a una teoría de las instituciones
políticas, como supone la ciencia
política tradicional, ya que lo político
tiene un sentido instituyente que no
puede agotarse en lo instituido. Aquí
se observa una gran influencia de
Castoriadis
9
en su obra, acerca de
cómo se instituye la sociedad.
Interrogar a lo político […] implica a
nuestro entender tratar de elucidar los
principios generadores de un tipo de
sociedad en virtud de los cuales ésta
puede relacionarse consigo misma de
una manera singular a través de sus
divisiones y también […] desplegarse
históricamente de una manera
singular, (págs. 187-188).
Siguiendo a estos dos autores,
la ciencia política no debiera de
agotarse en el institucionalismo o el
mero estudio del Estado, dejando en
la marginalidad lo político (en Lefort)
o la política (en Rancière).
9 De acuerdo con Castoriadis, ninguna institución
está al margen del mundo simbólico. Lo simbólico
posibilita la “sociedad instituida”, el mundo de
la vida y la institucionalización del sistema en
él. Así la “sociedad instituyente” se define por
sus significaciones imaginarias que devienen
en “sociedad instituida” cuando se transforman
en símbolos. Ver: Cornelius Castoriadis, La
institución imaginaria de la sociedad.