4
Facultad de Ciencias Políticas y Sociales
que reposa fundamentalmente en
la emancipación del orden dado, lo
cual se realiza buscando verificar el
presupuesto central de la política, la
igualdad de cualquiera con cualquiera.
Esto supone un quiebre con la
vieja noción de que la política es el
arte del consenso, ya que nos dice
que este suele ser una imposición
de la policía. Todo orden social es el
resultado de procesos políticos, de
articulaciones de relaciones de poder
y no un orden dado y natural. De tal
cuenta, lo político es un espacio de
poder, conflicto y agonismo.
Siguiendo a Rancière, la policía
daña la igualdad y la política busca
verificar esa igualdad. Con esto se
refiere a que la policía niega una
igualdad, excluye y marginaliza a
unos y es entonces cuando la política
se hace en el nombre de esos que
han sido excluidos y negados de la
igualdad. Este encuentro pone de
manifiesto algo que es característico
de la política: el desacuerdo.
1. El desacuerdo
Vale la pena recordar la inversión
del aforismo de Clausewitz: “la política
es la continuación de la guerra por
otros medios”
3
. Esto hace recordar
y remitirnos a la distinción amigo-
enemigo que Carl Schmitt incluye
en su concepción de lo político.
4
Una distinción que teóricos más
3 Michel Foucault en el curso dictado en 1976
en el Collège de France, titulado “Defender la
Sociedad” hace mención al principio de Clausewitz
acerca de que “la guerra es la continuación de
la política por otros medios” argumentando que
este es un principio invertido de larga data en la
filosofía política.
4 Schmitt, Carl. El concepto de lo político, 1932
actuales –Mouffe, Rancière, Lefort,
Žižek- adoptan en cierta medida pero
redefiniéndola en formas distintas
entre ellos, al ver cómo el mundo
actual se nombra como post-político
junto al triunfo de la democracia
liberal, que parece guiarse por el
concepto de consenso, muy en el
sentido de las teorías de Habermas y
Rawls
5
.
Aunque Schmitt proporciona un
punto de inicio interesante al mostrar
cómo lo político es inherentemente
conflictivo, es insuficiente para
comprender la irrupción de la
política en la policía. Schmitt dirige
una crítica hacia el pluralismo
liberal ya que éste, al querer crear
un consenso en la democracia
deliberativa,
contradictoriamente,
elimina el pluralismo.
6
Sin embargo,
para Schmitt se le podía llamar
democracia únicamente a la unidad
política conformada por “los amigos”,
suponiendo una homogenización
entre estos. Rancière, en cambio,
ve la democracia como lo opuesto
a la homogenización y en ella, la
potencialidad que tiene la política de
contestar a la policía.
Revisemos el siguiente
argumento ofrecido por Rancière en
El Desacuerdo:
5 Ver Mouffe, Chantal (2002). Carl Schmitt y la
paradoja de la democracia liberal.
6 Acerca de lo cual Mouffe señala: “Esto tiene lugar,
por supuesto, de diferentes maneras en ambos
autores. Rawls relega el pluralismo a la esfera
privada, mientras que Habermas lo oculta, por así
decirlo, fuera de la esfera pública, mediante los
procedimientos de la argumentación. En ambos
casos, sin embargo, el resultado es el mismo: la
eliminación del pluralismo de la esfera pública.”
(2002:17).