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Facultad de Ciencias Políticas y Sociales
nista por la libertad humanizadora.
Confrontar en serio la
secularización y la laicidad
positiva del Estado con las fuentes
pluralistas de legitimidad moral
y espiritual de la convivencia,
incluidas las religiosas, que en
forma católica o evangélica son
patrimonio de mucha parte del
pueblo centroamericano. Dejar de
mirar por encima del hombro a la
religión, y combatir la utilización
política de la religión, de derecha
o de izquierda
En su discurso inaugural como
Presidente de la República, Mauricio
Funes, quien había encabezado
la candidatura del FMLN, puso
su presidencia bajo el modelo de
preocupaciones de Monseñor Oscar
Arnulfo Romero: la opción por los
pobres. Cinco meses después otorgó
póstumamente a los 6 jesuitas de
la UCA asesinados en 1989 por el
Ejército de El Salvador la más alta
condecoración del Estado, la Gran Cruz
de la Orden Nacional de José Matías
Delgado. El 24 de marzo de 2010,
trigésimo aniversario del asesinato
del Arzobispo de San Salvador Oscar
Arnulfo Romero, el presidente Funes
develó un mural dedicado a la vida y
muerte de Monseñor en el aeropuerto
de Comalapa que sirve a la capital.
Días antes presidió en el Auditorio
mayor de la Feria Internacional de
San Salvador un concierto en honor
de Monseñor Romero. Y en este año
de 2013 inauguró el mismo Presidente
una gran autopista que comunica la
salida de la Capital hacia Occidente
con el Bulevar de los Próceres y la
autopista hacia el aeropuerto así como
la que conduce al centro de la capital;
en el proyecto inicial esta autopista
llevaba el nombre de Diego de
Olguín; el Presidente la bautizó como
Autopista Monseñor Oscar Romero.
Es curioso que el Diario de Hoy, el
medio de prensa más conservador del
país, siga refiriéndose a ella con su
antiguo nombre.
El Estado salvadoreño es
constitucionalmente laico. Estos ac-
tos del Presidente Funes son un
ejemplo de lo que queremos decir
cuando hablamos de que la izquierda
debe renovar su programa para en-
tablar un diálogo fecundo entre las
mejores formulaciones de las raíces
en la secularidad o la laicidad y los
mejores horizontes de las confesio-
nes religiosas. El presidente Funes
realizó en febrero de 2012 otro acto
de parecido alcance: se hizo presen-
te en el Mozote en el 30 aniversa-
rio de la gran masacre de El Mozote
y, mientras honraba a las víctimas,
rechazó la denominación de héroes
para los miembros del Ejército res-
ponsables de tales monstruosidades;
incluso ordenó que se deben retirar
de ciertos cuarteles y articulaciones
del Ejército los nombres de tales
presuntos héroes. Desgraciadamen-
te no fue obedecido por el Ministro
de Defensa, más aún fue explícita-
mente contradicho, una actitud que
en no pocos países habría significado
la destitución inmediata del Ministro.
Falta aún que el Estado cumpla con
la sentencia de la Corte Interameri-
cana de Derechos Humanos sobre el