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Revista Espacios Políticos
Y añade: “Las relaciones sociales…
alrededor del espacio doméstico (tra-
bajo doméstico, reproducción, cuida-
dos mutuos, gestión de los bienes…,
educación de los hijos, ocio, placer,
etc.) son organizadas generalmente
por el patriarcado en cuanto sistema
de control de los hombres sobre la re-
producción social de las mujeres.”
En
segundo
lugar,
“la
explotación, tal y como Marx la definió,
es la forma de poder privilegiada en
el espacio de la producción.” Pero,
para tener en cuenta no sólo “la
explotación del trabajo”, sino también
“la degradación de la naturaleza”,
hay que añadir “la ‘naturaleza
capitalista’, o sea la naturaleza
como construcción histórica y social
‘producida’, conjuntamente, por la
ciencia moderna y por el capitalismo.”
En tercer lugar, “el fetichismo
de las mercancías es la forma de
poder del espacio del mercado.”
Santos dice que “el sentido con que”
utiliza “aquí la expresión es semejante
al de Marx”, es decir, el hecho de
que las mercancías, producto de sus
productores, niegan a éstos mismos,
convirtiéndolos en criaturas suyas, o
seduciéndolos y despojándolos de su
libertad frente a esos productos.
En
cuarto
lugar,
“la
diferenciación desigual es la forma
de poder privilegiada en el espacio
de la comunidad y, probablemente, la
más compleja y ambigua de todas…
Esta forma de poder se centra en
torno al privilegio de definir al otro.”
El punto está en que “para los que
son supuestamente incapaces de
definirse y representarse a sí mismos,
la cuestión de la identidad es…una
cuestión de resistencia cultural, de
hacer que el subalterno hable.” Es
importante y compleja la relación de
esta forma de poder, por ejemplo, con
la explotación:
La reetnización de la fuer-
za de trabajo como medio de des-
valorización de la misma hacia
escalones inferiores a los niveles
capitalistas ‘normales’: la sobre-
explotación de los trabajadores
emigrantes clandestinos; la dis-
tribución social de grupos mino-
ritarios por mercados de trabajo
especialmente degradados (tra-
bajo estacional, trabajo precario,
trabajo remunerado por abajo del
salario mínimo); criterios y deci-
siones, étnicamente sesgados, en
relación a los refugiados; mer-
cantilización de los recursos na-
turales de los pueblos indígenas
promovida por las empresas mul-
tinacionales que explotan la biodi-
versidad, o la minería, etc.
Lo que sucede es que “la
reestructuración de la acumulación
del capital a escala mundial está
obligándonos a refinar nuestros
instrumentos analíticos y a reinventar
la historia moderna”, para salir de
“una acumulación de negligencia
teórica sobre una forma de poder…
considerada anacrónica, residual,
precapitalista”, y llegar a “percibir las
nuevas (y viejas) constelaciones de
poder”, indicadas arriba.
En quinto lugar, “La dominación
es la forma de poder privilegiada
en el espacio de la ciudadanía.
Es la única forma de poder que