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 Revista Espacios Políticos

o prejuicio.” ¿En qué consiste esa 
segunda ruptura? “El conocimiento-
emancipación tiene que romper 
con el sentido común conservador, 
mistificado y mistificador, no para 
crear una forma autónoma y aislada 
de conocimiento superior, sino para 
transformarse a sí mismo en un 
sentido común nuevo y emancipador.” 
¿De qué sentido común hablaríamos? 
Nos acercamos a su sentido cuando 
captamos que 

el conocimiento-emancipa-

ción sólo se constituye en cuanto 
tal en la medida en que se convier-
te en sentido común. Sólo así será 
un conocimiento claro que cumple 
el aforismo de Wittgenstein: ‘todo 
lo que puede decirse, puede decir-
se con claridad’…El conocimiento-
emancipación, al tornarse sentido 
común, no desprecia el conoci-
miento que produce tecnología, 
sino entiende que…el desarrollo 
tecnológico debe traducirse en sa-
biduría de vida. Es esta la que se-
ñala los marcos de la prudencia a 
nuestra aventura científica
.

Esto sucede en el proceso 

histórico de formación continua 
de una neo-comunidad, donde 
se pasa del “colonialismo como 
forma específica de ignorancia” a la 
solidaridad: “La solidaridad en cuanto 
forma de conocimiento es la condición 
necesaria de la solidaridad en cuanto 
práctica política.”

Santos 

propone 

que 

“el 

sentido común emancipador es un 
sentido común discriminador (o 
desigualmente común…) construido 
para ser apropiado privilegiadamente 

por los grupos sociales oprimidos, 
marginados o excluidos.” De todas 
maneras los lugares comunes –topoi-, 
tan importantes en la retórica, han de 
ser vistos, a la luz de la sociología de la 
retórica, como reflejos y constitutivos 
de “las relaciones sociales dominantes 
en una comunidad o auditorio 
dados.” Sin embargo, “como las 
comunidades son relaciones sociales”, 
Santos defiende “la tesis de que las 
formaciones sociales capitalistas 
están constituidas por seis conjuntos 
de relaciones sociales…o espacios-
tiempos: el espacio doméstico, el 
espacio de la producción, el espacio del 
mercado, el espacio de la comunidad, 
el espacio de la ciudadanía y el espacio 
mundial.” Y continúa afirmando que 

no puede haber emanci-

pación sin una tópica –es decir, 
un conjunto dominante de luga-
res comunes- de emancipación. Y 
eso presupone la sustitución, en 
el espacio doméstico, de una tó-
pica patriarcal por una tópica de 
liberación de la mujer; en el espa-
cio de la producción, la sustitución 
de una tópica capitalista por una 
tópica eco-socialista; en el espa-
cio del mercado, la sustitución de 
una tópica del consumismo feti-
chista por una tópica de necesida-
des fundamentales y satisfaccio-
nes genuinas; en el espacio de la 
comunidad, la sustitución de una 
tópica chauvinista por una tópica 
cosmopolita; en el espacio de la 
ciudadanía, la sustitución de una 
tópica democrática débil por una 
tópica democrática fuerte; en el 
espacio mundial, la sustitución de 
una tópica del Norte por una tópi-
ca del Sur.