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Facultad de Ciencias Políticas y Sociales
opresión del pueblo, para sugerir
nuevas alternativas que favorezcan la
construcción de una sociedad más al
modo del Reino de Dios y, finalmente,
para la generación de una nueva
ciudadanía en y con el compromiso
de nuestros mismos estudiantes.
Si la Universidad atiende, por
consiguiente, a la realidad histórica,
entonces se convertirá en una
universidad histórica; pues estará
siempre respondiendo a la evolución
y transformación necesaria de la
sociedad. No se quedará atrapada en
“su ser”, en la forma como es hoy,
como si eso fuera algo definitivo e
inmutable. Su fidelidad no será hacia
el pasado, sino hacia el dinamismo
que hay en el presente con los ojos
puestos en el futuro.
La inteligencia universitaria
ha de ser, entonces, la garante de la
relación dialéctica de la Universidad
con la realidad, especialmente con
aquella con la que la Universidad
quiere que los estudiantes se
involucren que, desde lo principios de
la Compañía de Jesús: la del reverso
de la historia, la de los pobres y
excluidos.
De aquí surge, en términos
ellacurianos,
la
misión
de
la
Universidad:
La universidad debe
formal y explícitamente, no
sólo dedicarse al mejor logro
de los derechos fundamentales
de las mayorías populares, sino
que, incluso, debe tener como
horizonte teórico y práxico de
sus actividades estrictamente
universitarias, la liberación y
desarrollo de esas mayorías. Y
esto, de un modo preferencial
14
.
Compromiso con la verdad
En todo este proceso hay un
supuesto ético fundamental, que
Ignacio vivió con una gran radicalidad.
Es el gran tema zubiriano de la
“Voluntad de verdad”. No es posible
vivir lo anterior, si no tenemos una
verdadera voluntad de acceder y vivir
en la verdad. Y esto no es fácil; pues
lo fácil es contarnos aquellas historias
que nos justifican, que nos hacen ver
exitosos, justos, honestos, honrados.
Solemos vivir en la mentira con
demasiada facilidad. ¿Cuántas veces
ocultamos incluso las incongruencias
de nuestras mismas universidades,
aduciendo ideas y justificaciones que
sólo buscan tapar deseos de control y
conservación del poder?
Sin embargo, cualquiera de
nosotros podremos tener “voluntad de
verdad” y caer en la manipulación de
los conceptos. Por eso Zubiri va más
allá. No es lo mismo tener “voluntad de
verdad de ideas”, que tener “voluntad
de verdad real”. Aquí está la gran
diferencia. Si lo que buscamos, una
vez más, es la verdadera realidad,
entonces no nos quedará más
14 Universidad, derechos humanos y mayorías
populares. Revista de Estudios Centroamerica-
nos, núm. 406 (1982). Pontificia Universidad Ja-
veriana.