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Facultad de Ciencias Políticas y Sociales
Lo grave es que hoy en día
son pocas las culturas que favorecen
el encarar el problema fundamental
del ser humano: esta capacidad
de “hacerse cargo de la realidad”.
Mientras mayor sea la alienación, la
separación del centro vital del ser
humano, la incapacidad de ser suyos
frente a toda realidad, menor será
la posibilidad de realizar la propia
esencia, la felicidad compartida y
comprometida a la que todo ser
humano hemos sido llamados.
La realidad histórica, objeto
formal de la inteligencia
Dando un paso más, podemos
llegar quizá a aquello que fue el
aporte más fundamental de Ellacuría
a la misma filosofía de Zubiri, quien
fue capaz de ir más allá de su propio
maestro, haciendo una afirmación
filosóficamente
osada.
Mientras
que para Zubiri la realidad es el
horizonte trascendental último de la
inteligencia, aquello para lo que ella
está configurada, para Ellacuría esa
realidad se concretaba en la historia,
sin perder su condición trascendental.
En consecuencia, designó a la
“realidad histórica” como el objeto
formal de la inteligencia. Comprendió
que su función esencial estaba
formalmente dirigida a penetrar
la estructura última, esencial, de
lo que va constituyendo la vida en
sociedad del ser humano; el espacio
donde se juega su realización, su
“hacerse real”; o donde no se juega
y aparece entonces su destrucción y
su desgracia. Ahí es donde se debate
el presente y futuro de la humanidad;
y ahí es donde la inteligencia, al
poner esa realidad histórica en ella
misma, podrá descubrir si la realidad
va dando de sí, si se están creando
mayores posibilidades de realidad,
o si se están disminuyendo, con el
consecuente deterioro y, finalmente,
muerte, del proyecto humano.
No es entonces la realidad
solamente la que nos obliga a
pensar; sino muy en concreto, la
“realidad histórica” con todas sus
riquezas y contradicciones. Para
eso está hecho el ser humano: para
penetrar profundamente en el propio
ecosistema humano socio-histórico
que ha construido, y analizar en
profundidad si está generando la vida
en abundancia, que el mismo Jesús
en el Evangelio nos revelaba como el
gran deseo del Padre.
Sin duda, que la realidad es
lo último; pero esa ultimidad va
tomando diversas formas históricas
e históricamente nos va imponiendo
responder a ella. La historia va
siendo el resultado de la actualización
progresiva de posibilidades, y no
simplemente la actualización de
realidades. “Lo real no es sólo lo que
existe, sino también lo que puede
llegar a ser”
12
. Conceptos todos que
hasta ahora siguen inspirando y
modulando nuestras universidades de
AUSJAL, realmente comprometidas
con sus diversas realidades históricas.
En el fondo ese es el gran aporte
12 Ideas tomadas del Discurso del Mtro. David
Fernández D. sj, en la inauguración del Centro de
Derechos Humanos de la Universidad Iberoame-
ricana de Puebla, 24 de marzo del 2010.