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Facultad de Ciencias Políticas y Sociales
culpabilidad, no se puede negar
la realidad objetiva del mal y la
presencia de la voluntad histórica
del hombre en la realización de
ese mal
9
.
Fundamentalidad de la realidad
Sin embargo, como también
sostuvo
Zubiri,
“mientras hay
realidad hay esperanza”, pues en
ella encontramos algo que en un
momento determinado nos pueden
ayudar a transformar lo real, bajo la
concreción que sea. Ella es lo último:
más allá de ella no hay nada; es más
que las formas concretas como el
mal se ha encarnado en la historia.
No podemos desafiarla, como no
podemos desafiar las leyes de la física;
pero sí podemos apoyarnos en ella
para superar los límites históricos que
como seres humanos le hemos puesto
a nuestras relaciones. “Al dar qué
pensar”, el ser humano puede idear
una transformación social, política,
humana; pero sólo harán más pleno
al ser humano y su entorno, si son
verdaderas posibilidades de realidad
y no del concepto o de la idea.
Ellacuría lo expresó de la
siguiente forma:
La verdad de la realidad
no es lo ya hecho; eso es sólo
una parte de la realidad. Si no
nos volvemos a lo que está
haciéndose y a lo que está por
hacer, se nos escapa la verdad
de la realidad. Hay que hacer la
9 Ellacuría, I; “Ética fundamental”, Archivo Ig-
nacio Ellacuría, UCA El Salvador. Publicado en I.
Ellacuría, Cursos universitarios, UCA Editores,
San Salvador, 2009.
verdad, lo cual no supone poner
en ejecución, realizar lo que ya se
sabe, sino hacer aquella realidad
que en juego de praxis y teoría se
muestra como verdadera
10
.
A fin de cuentas, no podemos
perder el respeto a la realidad, porque
ella, de una u otra forma, nos puede,
nos impele, nos obliga. Ella está
frente a nosotros: y decidamos o no,
ya estamos determinando nuestra
postura ante ella. No podemos
permanecer indiferentes. La realidad
nos impele a actuar, querámoslo o no.
El gran reto es saber dónde queremos
estar.
De ahí que mientras más
honestos seamos con la realidad, más
plenitud tendremos; aunque esto
sea un proceso demasiado complejo
en algunos casos. Dicho en otros
términos, el que vive de acuerdo a
la verdad -no a su verdad-, sino a la
verdad real, tendrá la vida verdadera,
como dice el Evangelio. Y esto fue
una obsesión de Ellacuría: fidelidad a
la verdad, a la realidad, a la vida, a lo
absoluto.
Confrontación con lo real
Por eso tomó tan en serio esa
triple formulación de Zubiri que éste
expresó en los siguientes términos: el
que ha puesto la realidad en la inteli-
gencia no tiene otro remedio que “ha-
cerse cargo de la realidad, encargar-
se de ella y cargar con ella”. “Hacerse
cargo de la realidad” es el tomar con-
ciencia de que la gran responsabilidad
10 Ellacuría, I. La filosofía de la realidad histórica.
UCA Editores, San Salvador, El Salvador, 1994.