35
Revista Espacios Políticos
vez terminado el Doctorado y ya de
regreso a México, comencé a realizar
junto con mis alumnos el estudio
de Zubiri; ello dado que el bien
recordado Alberto Navarro, jesuita
mexicano, había comenzado a poner
la filosofía de Zubiri, como columna
vertebral de la formación filosófica en
México. En 1983, todavía en España,
Ellacuría me invitó a la presentación
de la trilogía de Zubiri sobre la
Inteligencia Sentiente, en un auditorio
de más de 300 personas. Conocer
personalmente a uno de los filósofos
más importantes del siglo XX, fue una
vivencia sumamente impactante que
logré gracias a él. Con Diego Gracia y
Pedro Laín Entralgo, Ignacio presentó
la Inteligencia Sentiente, a un lado
de Xavier Zubiri. Poco después,
cuando terminaba de retocar su obra
póstuma, El hombre y Dios, moría el
gran filósofo.
Ignacio Ellacuría, el filósofo rector
o el rector filósofo: algunas claves
para profundizar en su legado
No es ninguna novedad -como
lo acabo de mencionar- afirmar que el
núcleo del pensamiento de Ellacuría
surgió de Xavier Zubiri. Es evidente
que el espectro de conocimientos
que manejaba, tanto en filosofía
como en teología era más amplio;
pero sin duda su estructura mental
se había gestado en contacto con
el filósofo vasco. En una ocasión, a
este propósito, narró que estando en
un congreso mundial de teología en
el Escorial, González de Cardedal le
había espetado una crítica y, junto
con él, a la teología de la liberación,
en la que señalaba que sus reflexiones
y propuestas estaban bien, pero que
el sustento en otros autores y el
aparato crítico que manejaban era
realmente pobre, pues no citaban a
los grandes teólogos europeos; que
su pensamiento estaba encerrado
en América Latina y se estaban
perdiendo de la discusión europea
sobre los temas que la modernidad
discutía. Con la clásica parsimonia
que le caracterizaba, especialmente
cuando acudía a su aguda ironía,
simplemente le contestó: “Es verdad;
tienes razón; el problema es que
los grandes y graves problemas que
estamos enfrentando en nuestros
países, no nos dan tiempo para leer, y
eso nos ha obligado a pensar”.
La realidad y el ser
La “realidad” como concepto
filosófico, eje central de la filosofía
de Zubiri, se convirtió también en eje
central de la suya. La realidad “da qué
pensar”, y eso fue lo que hizo Ellacuría.
Pero, ¿qué es lo real? ¿Es lo mismo que
la realidad? ¿Por qué la importancia
de tal categoría? Responderíamos,
simple y complejamente, porque la
realidad es el fundamento de todo
lo real; es lo último, aquello que
sostiene y posibilita que todo lo que
es, pueda ser. Es el objeto formal de
la inteligencia, aquello para lo que
ella está formalmente diseñada y a la
que necesariamente se dirige.
A diferencia de la filosofía
clásica
trascendental
(la
neo-
escolástica), para la cual lo último es el
“ser”, para el “Realismo trascendental