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Revista Espacios Políticos
nuclear, puesto que ambos determi-
nan el “equilibrio del terror” de este
nuevo período de la guerra fría.
Para expertos en la política
exterior norteamericana como John
Feffer (director de Foreign Policy in
Focus) la guerra fría nunca terminó,
solo tuvimos una tregua entre 1991
y 2014. Vladimir Putin no la está
reviviendo, sino que fueron los Estados
Unidos quienes fallaron al no ponerle
fin cuando tuvieron la oportunidad
de hacerlo y esto es resultado de la
no disolución de la OTAN y de que
ambas potencias conservan su propio
armamento nuclear estratégico.
Para Feffer la tregua de 1389-
1415 en la guerra de los Cien Años
entre Francia e Inglaterra (1337-
1453) es similar a la tregua en la
guerra fría entre 1989 y 2014, rota
ahora por el conflicto de Ucrania. En
consecuencia, si se hubiese disuelto la
OTAN -al igual que hicieron los rusos
con el Pacto de Varsovia- y promovido
la abolición de las armas nucleares
en un tratado similar al de la “opción
cero” que se negoció y suscribió en
la época de Reagan/Gorbachov para
desmantelar todos los cohetes de
alcance medio instalados en Europa
(el INF de 1987), desmantelando
los proyectiles intercontinentales
28
28 El cual se compone de los proyectiles de
largo alcance (ICBMs, más de 5,000 kms) cuyas
reducciones se han venido negociando en el
marco de los tratados START suscritos después
de la caída del muro de Berlín, pero que como su
nombre lo indica no supone el desmantelamiento
total del armamento nuclear intercontinental
sino únicamente su reducción. Esto supone
que la variable militar del sistema internacional
conserva la bipolaridad estratégica y que
continuamos viviendo en equilibrio del terror,
lo cual explica desde la denuncia del tratado
se habría estado en condiciones de
construir una nueva arquitectura de
seguridad para Europa -incluyendo
a Rusia- y entonces sí, la guerra fría
habría fallecido “de muerte natural”.
Pero esto no ocurrió, de manera que
lo ocurrido es una tregua, un período
de distensión si se quiere, pero no el
fin de la guerra fría.
De allí que no debieran extrañar
acontecimientos tales como la crisis
en Ucrania; la batalla por las fronteras
en el Medio Oriente; la península
coreana que permanece dividida
entre adversarios implacables; las
tensiones de China por Taiwan y por la
frontera marítima con Japón y con las
islas Filipinas, todo lo cual mantiene
una situación en la que:
No se trata de que Estados Unidos
sacara de la tumba a su adversario
ruso debido a alguna equivocada
nostalgia, sino que la inevitable
consecuencia de nuestra negativa
a restringir nuestras ambiciones
globales necesariamente creó
una contrafuerza. Al final de
cuentas es pura física: por cada
acción hay una igual y opuesta
reacción
29
(Feffer, 2014).
Otros académicos, como el
profesor emérito de la Universidad
de Columbia, Robert Legvold (2014),
sostienen que para manejar la
“nueva” guerra fría hay que tener
presente como algo muy serio que:
ABM por Washington hasta la instalación de
nuevas defensas antimisiles en Europa oriental
(supuestamente para interceptar los inexistentes
misiles nucleares iranís) o el intento de incorporar
Ucrania a la OTAN.
29 Feffer, J. (2014). The Cold War never ended.
Feffer, J. (2014). The Cold War never ended.
Vladimir Putin is not reviving the Cold War. Rath-
er, the U.S failed to end it when it had the chance.
En Foreign Policy in Focus.