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Revista Espacios Políticos
lo que se pretende es apoyar la
democracia en ese país? Volveremos
a este punto más adelante, pero a
continuación veamos lo que se piensa
en Rusia.
Lo que piensa el Kremlin
En el número de julio/agosto
de 2014 de la revista Foreign
Affairs, se incluye un artículo de
Alexander Lukin, vicepresidente de la
Academia Diplomática del Ministerio
de Relaciones Exteriores de Rusia
y director del Centro de Estudios
de Asia oriental de la Organización
de Cooperación de Shanghai, y
del Instituto Estatal de Relaciones
Internacionales de Moscú
23
. Lukin
sostiene que las semillas de la
crisis ucraniana se sembraron
inmediatamente después del fin de la
guerra fría, cuando los occidentales
tuvieron la opción de asimilar a Rusia
en el sistema defensivo occidental
o despojarla de todas las piezas de
su esfera de influencia. En efecto, a
pesar que el propio George Kennan y
otros insistieron en no antagonizar a
Rusia, buscando la absorción de las
antiguas repúblicas soviéticas y otros
Estados pequeños (“que de todos
modos terminarían vinculándose a
Occidente”), los expresidentes Bill
Clinton y George W. Bush escogieron
la segunda opción, agregando 12
nuevos miembros a la OTAN, al mismo
tiempo que trataban de convencer
a Rusia que estacionar tropas en
las fronteras de esta con Lituania,
Estonia, Letonia, Polonia o Rumania,
23 Lukin, A. (2014). “What the Kremlin is think-
Lukin, A. (2014). “What the Kremlin is think-
ing. Putin’s vision for Eurasia”. En Foreign Affairs.
pp. 85-93.
no constituía una amenaza para su
seguridad.
Lo anterior tomó por sorpresa
a los líderes rusos, indica Lukin,
quienes esperaban que ambos lados
incrementarían
su
cooperación,
mostrándose receptivos a los
intereses de cada quién y suscribiendo
compromisos mutuamente aceptables.
Por ello y a pesar de haber “hecho su
parte” aceptando sumarse al orden
internacional dirigido por Occidente,
no hubo reciprocidad, se mantuvo
la mentalidad de tipo “juego suma
cero”, lo que obviamente fortaleció
a todos aquellos que en la misma
Rusia se oponían a una relación de
cooperación y amistad con Occidente.
La política de apoyo occidental a
grupos nacionalistas en las antiguas
repúblicas soviéticas, ha estimulado
la opresión de las minorías rusas en
algunos países bálticos dice Lukin.
Por ejemplo: 6 % de la población
de Estonia y 12 % en Letonia, son
rusos que no tienen derecho a voto
o a recibir educación en su idioma.
Ello pudo resultar determinante para
que, ante la amenaza de estacionar
fuerzas de la OTAN que sacarían a la
flota rusa del mar Negro en Crimea
-en donde la mayoría de la población
es rusa-, se tomara la decisión de
convocar al referéndum que decidió
la anexión de aquel territorio a Rusia.
Por otra parte, Lukin lamenta
el hecho que la política rusa destinada
a promover procesos de integración,
unión aduanera o seguridad colectiva
(la Comunidad Económica Euroasiática
o el Tratado de Seguridad Colectiva)
con los antiguos países miembros