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Revista Espacios Políticos
comprende mejor teniendo en cuenta
tanto el contexto geopolítico como lo
escrito por Brzezinski, quien al igual
que el papa Juan Pablo II provienen
de Polonia, país católico cuya
sobrevivencia ha estado siempre bajo
el signo de la oposición y el equilibrio
entre teutones protestantes y eslavos
ortodoxos. También así se explica por
qué la “promoción de la democracia”
se hizo un objetivo principal de la
política exterior, tanto de Washington
como de la Unión Europea.
EE.UU. y las intervenciones
humanitarias
Aunque se trata de un
fenómeno que tiene poco que ver con
lo que ocurre actualmente en Ucrania,
otro factor que debe tomarse en
consideración para explicar la política
exterior norteamericana a nivel
global, concierne a la problemática
de las llamadas “intervenciones
humanitarias”, que consideramos
importante porque hay influencia del
paradigma normativo, del Derecho
Internacional y de los “ideales” de
Naciones Unidas, que se contraponen
al enfoque de la realpolitik propia
del realismo clásico, cuyas raíces
se remontan al propio Maquiavelo y
que, por lo general, ha constituido
el enfoque predominante de las
administraciones republicanas
12
.
12 Incluyendo, paradójicamente, a la política
de George Bush hijo hacia Irak, pues aunque la
invasión a Irak no fue autorizada por Naciones
Unidas, Bush trató de justificarla no solo con el
argumento de la necesidad de destruir las armas
de destrucción masiva que -se suponía- tenía
Saddam Hussein, sino posteriormente, de llevar
la democracia a Irak. Por el contrario, la política
de Bush padre en la guerra de 1991 contó con la
aprobación del Consejo de Seguridad de Naciones
Hay que recordar entonces
que las llamadas “intervenciones hu-
manitarias” para proteger a la pobla-
ción civil de ataques realizados por
sus propios gobiernos, en contexto
de conflictos armados internos, fue-
ron otra de las características de la
actuación de varias potencias euro-
peas, no solo de Estados Unidos en
la última década del siglo pasado. So-
bre todo esto se vio cuando se con-
frontó la proliferación de conflictos de
esta índole en los Balcanes (la anti-
gua Yugoeslavia), en países africanos
como Ruanda, donde se produjo uno
de los peores genocidios de la histo-
ria reciente, sin olvidar el caso de la
antigua colonia portuguesa de Timor
Este, isla que se independizó de In-
donesia gracias a la intervención de
Naciones Unidas y en donde hay una
población católica que fue víctima de
violaciones a los derechos humanos y
de crímenes de guerra por parte del
gobierno de Yakarta
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.
En
términos
generales
podemos afirmar entonces que
durante la década de 1990, la política
Unidas y es del todo congruente con el Derecho
Internacional, aunque se inscriba en la naturaleza
dual (idealista/realista) propia de la doctrina de la
seguridad colectiva.
13 Recordemos que la doctrina de las
intervenciones humanitarias (ahora conocida bajo
el nombre de “responsabilidad de proteger” o
R2P) tiene su origen en las posiciones del médico
francés –exministro de Relaciones Exteriores de
Francia- Bernard Kouchner. Al respecto véase:
Bettati, M.; Hassner, P. y Rufin, J. Ch. Ingérance:
vers un nouveau droit international? y, Kouchner,
B. (1991). “Le Mouvement Humanitaire”. En
Le Débat. núm. 67. pp.4-39. Paris: Gallimard.
Y también Evans, G. y Sahnoun, M. (2001).
The responsability to protect: Report of the
International Commission on Intervention and
State Sovereignty (ICISS). Ottawa: International
Development Research Center.