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Facultad de Ciencias Políticas y Sociales
actualmente en Ucrania obedece a
una geoestrategia diseñada desde
los años noventa por Brzezinski.
Esto se hace evidente cuando en el
capítulo sobre el “gran tablero”, de
la imaginaria partida de ajedrez de
su libro, se hacen recomendaciones
acerca de cómo manejar -en el largo
plazo- la gestión de los intereses
geopolíticos
norteamericanos,
incluyendo la identificación de
“actores clave” y las metas que se
proponen las elites políticas (con
sus posibles consecuencias), así
como lo relativo a la formulación
de “políticas específicas… para
desviar, cooptar y/o controlar a
esos Estados para preservar y
promover los intereses vitales de
Estados Unidos”
10
. Incluso hay
un párrafo digno de ser citado in
extenso, dado lo poco frecuente que
en obras de naturaleza académica
aparezcan recomendaciones de
política exterior hechas con tanta
“franqueza”:
En pocas palabras, la geoestrategia
euroasiática de los Estados Unidos
debe incluir un control resuelto
de los Estados dinámicos desde
el punto de vista geoestratégico
y una cuidadosa gestión de los
Estados catalíticos desde el punto
de vista geopolítico, de acuerdo
con los intereses gemelos de los
Estados Unidos de preservar a
corto plazo su poder global más
institucionalizado. Para usar una
10 Emmanuel Todd hace una crítica de esta
imagen de Brzezinski subrayando el hecho que
“en la metáfora del tablero hay un ´no sé qué´ de
acto fallido, en el sentido freudiano del término,
como un presentimiento del fracaso: no se debería
jugar al ajedrez con los rusos, en donde este
juego es el deporte nacional”. Todd, E. (2002).
Après l’ Empire. Essai sur la décomposition du
système américain. Paris: Gallimard. p.171.
terminología propia de la era más
brutal de los antiguos imperios,
los tres grandes imperativos de
la geoestrategia imperial son los
de impedir choques entre vasallos
y mantener su dependencia en
términos de seguridad, mantener
a los tributarios obedientes y
protegidos e impedir la unión de
los bárbaros
11
.
Suponemos que los Estados
dinámicos podrían ser Francia y
Alemania; que catalíticos pueden ser
los Estados “pivotes” (como Ucrania);
que deberían evitar choques entre
vasallos (¿Francia y Alemania?)
manteniendo su dependencia en
términos de seguridad (OTAN). Ello
al tiempo que se conserva a los
tributarios (¿el conjunto de la UE?)
en forma “obediente y protegida”
y que debe impedirse “la unión de
los bárbaros” (¿Rusia, China, Irán,
India?).
El hecho importante es que si
hiciéramos una relectura del libro de
Brezinski en términos de lo que se
podría llamar “prospectiva y formula-
ción de escenarios” hoy en día, recor-
dando que lo escribió hace 17 años,
es notable constatar cómo la estra-
tegia propuesta allí se ha constituido
en la base bipartidista (aplicada tanto
por los demócratas como por los re-
publicanos) de la política exterior de
Estados Unidos para toda esa enorme
región eurasiática y especialmente
hacia Rusia.
Lo anterior implica que la política
de la Casa Blanca hacia Ucrania se
11 Brzezinski, Z. El gran tablero mundial. op.cit.
p.48.