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Facultad de Ciencias Políticas y Sociales
La respuesta de Moscú no se hizo
esperar: un referéndum condujo a
la reintegración de Crimea a Rusia
4
,
así como al estallido de las acciones
armadas de los separatistas prorusos
en las provincias orientales de la región
del Donbass (las ciudades Donetsks
y Luhansk). También en la zona del
litoral del mar de Azov (Mariupol)
donde bajo la denominación de
“Nueva Rusia” (Novorossia) han
venido reclamando, entre otras
reivindicaciones, la transformación
de Ucrania en un Estado federal o la
independencia.
Mearsheimer (2014), sostiene
que la reacción de Putin es fácilmente
comprensible, pues Ucrania es:
Una enorme extensión de terreno
llano que la Francia napoleónica,
Alemania imperial y Alemania nazi
cruzaron para agredir a Rusia [por
lo cual] Ucrania sirve como Estado
tampón de enorme importancia
estratégica para Rusia. Ningún
líder ruso va a tolerar que una
alianza militar que era enemiga
mortal de Moscú hasta hace poco
se mueva hasta Ucrania y tampoco
permanecerá cruzado de brazos
mientras se instala [en Kiev] a
un gobierno decidido a integrar a
Ucrania en Occidente. A Washington
puede no gustarle la posición de
Moscú, pero debe entender la lógica
detrás de ella: esto es geopolítica al
100%, pues las grandes potencias
siempre han sido sensibles ante
4 Utilizamos el término reintegración -utilizado
por Moscú- porque Crimea perteneció a Rusia
hasta mediados de los años cincuenta del siglo
pasado, cuando por una decisión administrativa
del ucraniano Nikita Kruschev -secretario
general del PCUS y primer ministro de la URSS-
Crimea fue puesta bajo jurisdicción de Ucrania.
Naturalmente, para Occidente se trata de una
“anexión”.
cualquier amenaza potencial a
su territorio. Después de todo los
Estados Unidos no tolera potencias
extra continentales desplegando
fuerzas militares en ninguna parte
del hemisferio occidental. Imaginen
el ultraje que sería para EEUU si China
construyera una impresionante
alianza militar tratando de incluir a
Canadá y a México
5
.
Zbigniew Brzezinski o la geopolí-
tica de las buenas intenciones
Para comprender la política
exterior estadounidense hacia Rusia,
hay que remontarse al pensamiento
de personajes como Zbigniew
Brzezinski, quien con una curiosa
mezcla de influencias provenientes
tanto de la geopolítica clásica
(Mackinder y Haushofer) como
del pensamiento idealista de tipo
wilsoniano, anunciaba allá por los
años noventa que había que construir
una “cabeza de puente democrática”
hacia Europa del Este para consolidar
la supremacía de EE.UU. en el “tablero
euroasiático” en el que Ucrania (al
igual que países como Azerbaiyán,
Turquía, Irán o Corea del Sur)
desempeñaba el importante papel
de “pivote geográfico” al lado de los
grandes actores geoestratégicos que
son Francia, Alemania, Rusia, China
e India
6
.
5 Mearsheimer, J. (2014). “Why the Ukraine crisis
is the West fault. The liberal delusions that pro-
voked Putin”. En Foreign Affairs.
6 “La cuestión principal para los Estados Unidos
es la de cómo construir una Europa basada en
la conexión franco alemana, una Europa viable
que permanezca vinculada a los Estados Unidos
y que amplíe el alcance del sistema internacional
democrático cooperativo del que tanto depende
la primacía global estadounidense…Ello requiere
una actuación enérgica centrada y decidida por
parte de los Estados Unidos, particularmente