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Facultad de Ciencias Políticas y Sociales
este mismo proceso en su propia piel
y ahora está cambiando el rumbo de
su país. De cómo sucedió, esta es una
resumida crónica:
• 1997: la OTAN firma con
Gorbachov el Acta Fundacional,
cuyo eje son “tres nóes”: que la
OTAN no tiene “ninguna intención,
ningún plan, y ninguna razón” para
estacionar grandes contingentes
militares en los 12 países del antiguo
bloque socialista. La Alianza estaba
engañando a los rusos. No tardará en
romper su promesa en pedazos.
• 1998 y 1999: Putin, desde
el gobierno de Yeltsin, reprime con
dureza la rebelión de los chechenos
con la idea de impedir la mayor
desintegración del país. Ambos
bandos cometen crímenes de guerra.
• Una vez sucedido a Yeltsin en
2000, Putin es tratado con mimos
por un Occidente que así pretende
desactivar su posible oposición a las
aventuras bélicas en marcha, contar
con su consentimiento para instalar
bases militares en Asia Central,
implicarle en la inmoral guerra contra
Afganistán y utilizar su territorio para
el tránsito de los convoy (ruta norte)
a este país, y todo ello a cambio de
nada: concesiones unilaterales.
• 2008: ve cómo Occidente
y Arabia Saudí, desestabilizan el
Cáucaso. Vuelve a emplear mano
dura ante la brutalidad de los jefes
chechenos.
• Putin y su equipo ya se dan
cuenta de que el acercamiento a
Occidente no ha beneficiado a Rusia.
El enfoque brzezinskiano de la política
exterior de Obama, de menos Oriente
próximo y más contención de Rusia y
China, es claro y público. Putin recoge
la idea fracasada de Obama de formar
un G2 con China, y fortalece sus lazos
con el gran vecino.
• Putin proyecta una imagen
de fuerza y seguridad y consolida
su poder personal. Su postura
antiestadounidense neutralizará
a los militares “nostálgicos” que
venían exigiendo una política exterior
contundente en defensa de los
intereses nacionales.
• Con el aumento del precio de
los hidrocarburos mejora la situación
económica de Rusia. La crisis financiera
de Occidente hace que los países
afectados aumenten su dependencia
a los mercados e inversiones de las
potencias emergentes, entre ellas
Rusia (Ver Nabucco: Europa esclava).
• Sospecha, al igual que los
chinos, que las primaveras árabes
están promovidas por EE.UU. para
rediseñar el nuevo mapa de la región