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Facultad de Ciencias Políticas y Sociales
cuanto fueren más doctos, rehúsen
tal vez más este trabajo, como menos
brillante a primera vista, siendo así
que ninguno en realidad hay tan
útil, ya para edificar a los prójimos,
ya para que los nuestros ejerciten
juntamente los oficios de la caridad y
la humildad”
19
.
La Compañía nace con una
especie de aparentes contradicciones
internas que pueden desconcertar.
Quiere convertir a las clases altas,
incidir en quienes son o pueden
llegar a puestos de influencia para
multiplicar el bien, y al mismo tiempo
estar cerca de los pobres y practicar
obras de misericordia. Tocar la
estructura social para cambiarla o
mejorarla (los “príncipes” de aquel
entonces) y estar cerca de las víctimas
de la misma. Y al mismo tiempo que
rechaza las dignidades eclesiásticas,
porque atan al bien de un “lugar
particular”, acepta universidades
y colegios. No era raro que en ese
contexto hubiera gente que desde el
principio la atacara. El mismo Ignacio
le dice a su compañero y amigo de
fundación, Simón Rodríguez en 1546
que “se dice publice (públicamente)
que nosotros queremos gobernar el
mundo”
20
. Un año después le repite
lo mismo a Polanco, “que queremos
gobernar el mundo” y le recomienda
“que ahí os ejercitásedes en actos de
mayor humildad, a mayor confusión
del enemigo, del mundo y de la carne,
19 Carta de San Ignacio, citada en G.
Carta de San Ignacio, citada en G.
Shurhammer, op. cit. pp. 603-604.
20 Carta XCVII a Simón Rodríguez.
Carta XCVII a Simón Rodríguez.
así como sirviendo algunas horas al
día a pobres en hospitales”
21
.
La respuesta a estas aparentes
contradicciones y dudas ajenas está
en la profunda confianza ignaciana
en lo creado. Las realidades creadas
conservan, todas ellas, la fuerza de
Dios. Y si uno sabe usarlas desde
la cruz, el resultado siempre es
evangélico. No hay que olvidar que en
la contemplación para alcanzar amor,
Ignacio insiste en que Dios no solo
“habita en las criaturas”, sino que “Dios
trabaja y labora por mí en todas cosas
criadas sobre la haz de la tierra”
22
. Lo
creado es instrumento de salvación
para los seres humanos siempre
y cuando los rasgos del servicio y
el amor crucificado acompañen el
actuar, sentir y desear. De ganar
el mundo para sí mismo a ganar el
mundo para Dios hay una distancia
radical, expresada magistralmente
por Javier en su deseo de entrar en
China. El tercer grado de humildad
de los Ejercicios Espirituales, que
desea positivamente identificarse
con el Cristo maltratado, implica ya
la opción de construir una nueva
realidad mundana desde abajo, desde
lo encarnacional, desde una especie
de pobreza histórica que va más allá
de la pobreza material, introduciendo
al jesuita en las luchas cruciales
de nuestro tiempo y confiando,
exclusivamente, en Cristo y en la
fuerza que genera, para entregarse
con “grande ánimo y liberalidad” al
servicio del prójimo. Si la entrega
21 Carta CII a Polanco en 1547.
Carta CII a Polanco en 1547.
22 Ejercicios Espirituales. No. 235 y 236.
Ejercicios Espirituales. No. 235 y 236.