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Revista Espacios Políticos
por 6, hombro con hombro, con los ni-
ños y las mujeres corriendo atrás de
ellos. En la noche del día de las elec-
ciones, cuando los funcionarios esta-
ban contando los votos, unos 100 o
200 hombres de ese partido, llegaron
de repente en estampida, a través de
la ciudad, en dirección a la escuela en
donde se estaban contando los votos.
Rompieron el portón de las instalacio-
nes de la escuela, mientras que algu-
nos gritaban “métenles piedra, mé-
tenles piedra”. Se reunieron alrededor
de la mesa de los funcionarios que se
encontraban al aire libre en el patio de
la escuela, mientras que los 6 policías
de Nentón se fueron a esconder rápi-
damente atrás del edificio de la escue-
la, listos para huir. El síndico, de habla
chuj, de la Corporación Municipal, trató
de calmar a los hombres, algunos de
los cuales estaban ahora gritando “sá-
quenla”, en referencia a la presidenta
de la Mesa; pero no fue hasta que se
dio cuenta el presidente de la Comisión
Electoral Municipal, que el medio am-
biente se había calmado lo suficiente
para permitir un intercambio de argu-
mentos. Al parecer, lo que encendió el
incidente fue un malentendido, pero
el incidente ilustra que las elecciones
tienen un significado que va más allá
de una simple competencia por la re-
presentación política. El ritual en sí, es
percibido por los grupos marginados,
como un reconocimiento -o descono-
cimiento- de sus miembros y su valor
equivalente dentro de la comunidad
nacional y política.
A pesar de que, los ladinos
normalmente se consideran más
“civilizados” que la gente de los
pueblos
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, ellos también participan
en las amenazas y la violencia
cuando quieren defender su postura.
En un conflicto entre el alcalde y
la ciudad, sobre la escritura de las
tierras comunales, los vecinos se
reunieron en la entrada de la ciudad y
detuvieron al alcalde cuando llegó en
su pick-up. Las mujeres le escupieron
en la cara, mientras que los hombres
levantaron el carro por los aires. Al
final lo obtuvieron a su manera o “a
la brava”. “Si un pueblo se levanta, no
hay autoridad que se imponga” como
me dijeron después.
Por supuesto, las expresiones
más violentas de este tipo de actuación
comunitaria, son los linchamientos
que han ocurrido a través de
Guatemala, incluyendo Nentón. A
finales de 2012, después de otra serie
de robos de contenedores de cerveza
y refrescos embotellados y de otros
proveedores en las carreteras, un
gran grupo de hombres de varias
aldeas y de la ciudad fueron en busca
de los responsables. Ellos hicieron un
rastreo, una técnica que el Ejército
llevaba a cabo regularmente con las
PAC durante el conflicto. Al final,
encontraron y capturaron a los
dos hombres que habían asaltado
el camión, y les prendieron fuego.
“Brincando como chicharrón” dijo el
líder de la ciudad. Atribuyó el acto a