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Revista Espacios Políticos
apropiado”, habitado por una población
nacional ladina, limpia de indígenas,
los cuales fueron retrocediendo
al interior de pueblos. La reforma
agraria y la formación de “los comités
locales agrarios” podrían ser vistas
como una tentativa para atraer a los
indígenas (en el interior) a la nación
como terratenientes y después como
ciudadanos, en lugar de ser vistos
como individuos sometidos a trabajo
forzado. El proyecto fue abortado
antes de que la distribución de tierra
fuera efectuada en Nentón, pero el
contrato de colonos y campesinos
en “los comités agrarios” incrementó
el miedo a la insubordinación en los
dueños de la tierra.
Contrarrevolución, desarrollismo
y las líneas de fuga (1950-1970)
En Nentón, durante el periodo
de la contrarrevolución de 1954 y al
inicio del conflicto armado en 1980,
pocos cambios, aunque importantes,
caracterizaron el desarrollo del
poder y la política. La política de
partidos aumentó en importancia
a lo largo de las décadas, así como
el contrarevolucionario Movimiento
de Liberación Nacional (MLN),
fue desafiado por la Democracia
Cristiana Guatemalteca (DCG), que
en diversas ocasiones apoyó a los
líderes de los pueblos en sus luchas
por la compra y reclamo de tierras.
Pero la política era todavía una
cuestión de los hombres de la ciudad
y de sus relaciones clientelares con
los líderes de la aldea.
Con la industrialización y los
cambios económicos de los años 60,
diversos dueños de fincas dejaron
la producción sobre sus pobres y
secas tierras, que encargaron en las
manos de sus mozos colonos y un
administrador. El ganado se convirtió
en el principal producto pagado en
efectivo, pero fue comercializado
principalmente en México, porque
Nentón seguía estando sin conexión
alguna con el resto de Guatemala
hasta el año de 1979. La Guardia
de Hacienda se había tomado el
papel de constituir la presencia
permanente de fuerzas de seguridad
estatales en Nentón, pero no parecía
que se preocuparan mucho por el
contrabando, que debía ser su principal
tarea. Sus labores eran controlar el
tráfico de piezas arqueológicas de los
lugares ricos de la zona, y controlar la
popular pero ilegal cusha (aguardiente
clandestino) en los pueblos, así
como la importación ilegal “del
Comiteco”’, un serio competidor para
el aguardiente nacional.
La fuerza armada fue controlada
por unos cuantos hombres influyentes.
En una escala regional, los hermanos
Chávez quienes eran finqueros en
San Miguel, en una parte lejana,
cuesta arriba de Nentón, manejaron
una red de contrabando extensa con
su “ejército de vaqueros y mozos”.
Otro fue Walter Widman Luna, que
fue conocido a escala nacional como
el fundador de la “Mano Blanco”,
el primer grupo paramilitar en
Guatemala. Widman conservó una