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Revista Espacios Políticos
de la propiedad, que también fue el
responsable de mantener los registros
de sus trabajadores en “libros”
(libretas) y la movilización para el
trabajo obligatorio en la construcción
de caminos y puentes públicos.
En este sentido el patrón se
convirtió en el soberano, contro-
lando la vida y la muerte de todo
lo que se encontraba dentro de los
confines de su propiedad (con la
ayuda de su policía privada) con
capacidad de decidir cuándo aplicar
la legislación nacional y cuándo no.
En la memoria colectiva esta fue la
“época de la esclavitud” o “el tiem-
po de trabajar en forma gratuita”,
que duró hasta la abolición de la
servidumbre (por deudas) en 1944.
En las historias de los primeros mo-
zos colonos, toda la familia estaba
sometida a trabajar obligadamente
en tareas arduas, y como una peti-
ción de los créditos de la tierra de
1995 recuerda “todo esto a cambio
de nada, solo por el gusto de una
humilde tortilla... nuestra ganancia
no era más que una buena regaña-
da y, como siempre, el maltrato
5
.
Como un ejemplo extremo de eso,
se menciona un incidente del tiem-
po de la “patrona”, María Cheveres,
cuando “la esclavitud extrema re-
presentaba poner a sus “mozos” a
lavar su ropa interior durante los
5 Tomado de una petición de crédito
para tierra al Fondo Nacional para la paz
(FONAPAZ), que hicieron las comunidades
de Guaxacaná y Trinidad, Marzo, 1995.
Archivo UNHCR, Nentón.
viajes que realizaron” (para el mer-
cado, de seis a ocho días de distan-
cia). En este caso, y en retrospecti-
va, este tipo de violencia simbólica
pesaba más que el castigo físico y
otras formas de violencia.
Las reformas liberales dieron una
estructura a una sociedad en la cual
el acceso a la propiedad privada (o a
la educación) se convirtieron en una
estrategia para la superación de la
discriminación y la marginación y para
convertirse en el ciudadano modelo.
“Trabajar para los demás” era un
signo de un estatus bajo, mientras
que el dominio absoluto se convirtió
en un ideal para muchas personas en
zonas rurales de Guatemala.
Un puesto de avanzada en la
frontera
En 1886, después de largas y
difíciles negociaciones, la frontera
entre México y Guatemala fue
definida como parte de un proyecto
de Estado liberal y a los habitantes
de la frontera se les comunicó que
escogieran su nacionalidad (Sandoval
1989). Poco a poco, la presencia
del Estado central en los municipios,
a lo largo de la nueva frontera, fue
fortalecido, y para 1910 todos tenían
una oficina municipal, una escuela, y
al menos, al principio, una estructura
de tropas auxiliares a nivel de pueblo
y fincas (Recinos 1910).
Sin embargo, fue la Revolución
mexicana la que trajo una presencia