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Revista Espacios Políticos
2010: p. 18). El análisis de Sanford
crea un espacio de contranarrativa
para que los sobrevivientes de la
masacre expresen su versión de los
acontecimientos de estos días antes,
durante y después de la masacre.
La investigación que realizamos,
explora las restricciones subjetivas
y las estructurales a la participación
política de los mayas q’eqchi’s. Las
narrativas de los q’eqchi’s acerca
del conflicto armado, los desalojos
violentos más recientes y su lucha
por la tierra, contradicen la noción
oficial de “la paz firme y duradera.”
Para analizar las historias orales de
un pequeño grupo de q’eqchi’s, se
tomó en cuenta la relación entre
las memorias individuales y las
narrativas
colectivas,
incluyendo
tanto la memoria oficial del Estado
como la memoria popular. El recuento
de cada uno ofrece una perspectiva
única, pero señala similitudes en sus
experiencias de violencia.
Se intentó también incorporar
la historia en la investigación, como
la considera Walter Benjamin:
“un proyecto de usar la memoria
histórica para deshacer la idea del
presente como inevitable o dado”
(en Brown, 2011:p. 164, traducción
personal). Una metodología oral
ayuda a cuestionar la idea que
todo va mejorando poco a
poco en
Guatemala y que un cambio radical
no es posible ahora, si es cierto que
alguna vez lo fue. La historia oral
es única en su potencialidad para
que entren las voces de la gente de
base, como sujetos de la historia
y no como objetos, como sucede
con muchas investigaciones en las
que participan pueblos indígenas.
Alessandro Portelli, el historiador
oral italiano, expresa que la historia
oral contribuye como algo único en
la forma cómo accedemos al pasado:
“La historia oral nos dice no solo lo
que hizo la gente sino lo que quería
hacer, lo que creía que hacía y lo que
piensan ahora que hicieron” (Portelli,
1997: p. 67, traducción personal).
La historia oral interesa, además,
para “informar y a veces intervenir
en movimientos por la igualdad y
la justicia” (Shopes, 2011: p. 456,
traducción personal), en vez de limitar
el impacto de la investigación a los
círculos académicos. El espacio de la
entrevista deja que los colaboradores
compartan a nivel internacional las
memorias que validan sus luchas
actuales por la tierra y la dignidad.
Al terminar la entrevista, muchos
colaboradores pidieron llevar la
información fuera de Guatemala para
difundir, en todas partes, la realidad
que enfrentan.
Durante dos visitas a las
municipalidades de Panzós (Alta
Verapaz) y El Estor (Izabal), en
2013, se realizaron 30 entrevistas
semiestructuradas a 23 q’eqchi’s
y a una persona no q’eqchi’ (nueve
mujeres y 15 hombres) entre las
edades de 25 y 57 años. Se pudo
entrevistar a varios individuos activos