Martín Rodríguez Pellecer /

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aron dar declaraciones para este reportaje. Otros 
empresarios reconocidos por Ríos Montt fueron 
Adolfo Fumagalli Saravia, de la Hidroeléctrica Patu-
lul; José Manuel Herrarte Orantes, administrador 
de la reserva privada Tapon Creek en Izabal, según 
el CONAP; René Morel Altenbach, dueño de un tall-
er aeronáutico; William Stixrud Herrera, quien pre-
sidió la Asociación Nacional del Café en los años 
noventa; o Francisco Font Elías y el finquero Jorge 
Herman Fuxet, cuya familia tiene una planta pro-
cesadora de energía renovable en Colomba Costa 
Cuca, Quetzaltenango. Font y Herman ya fallecier-
on.

Varios –en su mayoría pilotos de los empresari-
os– han sido candidatos a alcaldes, a concejales o 
a síndicos. Unos de los que militaron en partidos 
fueron Jorge Alberto Rosal Zea, del Partido Patriota, 
asesinado en 2002, o José Adán Regalado Salguero, 
ganadero y gobernador de Petén durante el gobier-
no del FRG. Otros han sido acusados de volar aero-
naves ilegales, como el fallecido Antonio Arévalo, 
quien también era concejal en Cobán. Faustino Pa-
dilla Carrillo, también de Cobán, se dedicó a elab-
orar vinos de arándano. Rafael Arreaga Martínez 
es el actual presidente de la Cámara Guatemalteca 
de la Educación. Antonio Pozuelos Leal es el actual 
subdirector de Aeronáutica Civil.

García Noriega relativiza el tema de las bombas. 
“No sé, pero (si se dio) tuvo que haber sido muy 
precario porque la gran mayoría de los empresa-
rios no tenía formación militar como para dirigir 
ataques aéreos. Era una fuerza rudimentaria de de-
fensa. Si se tiraba una bomba no era aquel bombar-
deo que tiraba mil bombas. Aquí tal vez una bomba 
que tiraban de la puerta, viendo de no caerse de la 
avioneta, si había eso. No veo a ninguno de los que