Martín Rodríguez Pellecer /
44
aron dar declaraciones para este reportaje. Otros
empresarios reconocidos por Ríos Montt fueron
Adolfo Fumagalli Saravia, de la Hidroeléctrica Patu-
lul; José Manuel Herrarte Orantes, administrador
de la reserva privada Tapon Creek en Izabal, según
el CONAP; René Morel Altenbach, dueño de un tall-
er aeronáutico; William Stixrud Herrera, quien pre-
sidió la Asociación Nacional del Café en los años
noventa; o Francisco Font Elías y el finquero Jorge
Herman Fuxet, cuya familia tiene una planta pro-
cesadora de energía renovable en Colomba Costa
Cuca, Quetzaltenango. Font y Herman ya fallecier-
on.
Varios –en su mayoría pilotos de los empresari-
os– han sido candidatos a alcaldes, a concejales o
a síndicos. Unos de los que militaron en partidos
fueron Jorge Alberto Rosal Zea, del Partido Patriota,
asesinado en 2002, o José Adán Regalado Salguero,
ganadero y gobernador de Petén durante el gobier-
no del FRG. Otros han sido acusados de volar aero-
naves ilegales, como el fallecido Antonio Arévalo,
quien también era concejal en Cobán. Faustino Pa-
dilla Carrillo, también de Cobán, se dedicó a elab-
orar vinos de arándano. Rafael Arreaga Martínez
es el actual presidente de la Cámara Guatemalteca
de la Educación. Antonio Pozuelos Leal es el actual
subdirector de Aeronáutica Civil.
García Noriega relativiza el tema de las bombas.
“No sé, pero (si se dio) tuvo que haber sido muy
precario porque la gran mayoría de los empresa-
rios no tenía formación militar como para dirigir
ataques aéreos. Era una fuerza rudimentaria de de-
fensa. Si se tiraba una bomba no era aquel bombar-
deo que tiraba mil bombas. Aquí tal vez una bomba
que tiraban de la puerta, viendo de no caerse de la
avioneta, si había eso. No veo a ninguno de los que