/ Los militares y la élite, la alianza que ganó la guerra
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comprometía con el sector privado a no llevar a
cabo una reforma agraria ni a estatizar la banca, y
acordaba junto a “14 empresarios honorables” que
todo el sector privado cumpliría con el pago de im-
puestos, con el retorno de capitales al país y con un
“apoyo financiero específico para la erradicación
de la subversión, por Q60 millones”, que eran en-
tonces US$60 millones y que representaba el 70
por ciento del presupuesto militar aprobado para
1982. Q60 millones de 1982, equivaldrían en junio
de 2013 a Q1.3 mil millones. El memorando tenía
el cálculo de lo que debía pagar cada cámara: Q24
millones la Cámara de Comercio, Q15 millones la
Cámara de Industria, Q9 millones la Cámara del
Agro, y Q12 millones la Asociación de Bancos, lo
que sumaba los Q60 millones, según la publicación
de la revista Inforpress del 9 de diciembre de 1982.
El comunicado fue transcrito por Fernando Val-
dez y Mayra Palencia en la página 56 del libro Los
dominios del poder: la encrucijada tributaria, de
1998.
Entre estos 14 empresarios honorables se encon-
traban: Juan Francisco Reyes López, expresidente
del Cacif y exvicepresidente durante el gobierno
del FRG (2000-2004); Juan Miguel Torrebiarte, del
Banco Industrial; Juan Maegli, de Cementos Pro-
greso; Mario Granai, del Banco G&T Continen-
tal; Ernesto Rodríguez Briones, del Banco Indus-
trial; José Toledo, del Ingenio Magdalena; y Carlos
Springmühl, del Banco Industrial y presidente de
la Cámara de Industria. Rodríguez fue fundador
de Distelsa y del Centro de Estudios Económicos
Sociales, en 1958 –del que luego surgiría la Uni-
versidad Francisco Marroquín-, y Springmühl fue
uno de los fundadores de la Universidad Francisco
Marroquín, en 1971.