/ Los militares y la élite, la alianza que ganó la guerra

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asesoraba y legitimaba al gobierno en sus decisio-

nes. Uno de sus productos estelares fue la ley que 

después crearía el Tribunal Supremo Electoral y la 

de Comisiones de Postulación, para elegir magis-

trados y fiscal general.

“Ríos Montt vino a pedir la mejor gente que pud-

iera garantizar la inversión nacional, pues nadie 

estaba invirtiendo”, recuerda en una entrevista 

para este reportaje Marco García Noriega, presi-

dente del Cacif en siete ocasiones, ahora presi-

dente de la Asociación de Azucareros (Asazgua) 

y del Banco Reformador. En 1982 era uno de los 

líderes jóvenes del sector privado.

Los empresarios compartían influencia en el Go-

bierno con los dos grupos más cercanos a Ríos 

Montt: Los militares jóvenes golpistas y losevan-

gélicos de la iglesia El Verbo. Entre los militares 

destacaban el capitán Rodolfo Muñoz Piloña, hoy 

directivo de la gremial de empresas de seguridad 

privada, y el subteniente Mauricio López Bonilla, 

hoy ministro de Gobernación. Ambos formaron 

parte de los ocho integrantes de la “Junta Asesora 

del Jefe de Estado”, recuerda Muñoz Piloña. Entre 

el círculo de influencia de los evangélicos estaban 

Jorge Serrano Elías, presidente del Consejo de Es-

tado y luego Presidente de Guatemala, en 1992; 

Francisco Bianchi, secretario personal presiden-

cial; Álvaro Contreras Valladares, hijo del funda-

dor de Prensa Libre, Álvaro Contreras Vélez, y 

secretario de asuntos privados del jefe de Estado.

En el gabinete de facto había otras figuras públi-

cas de la actualidad, como el arqueólogo Federico 

Fahsen en el Instituto Guatemalteco de Turismo