LUIS ÁNGEL MOIR SANDOVAL

PERSPECTIVAS, PROPUESTAS DE INVESTIGACIÓN EN PSICOLOGÍA

: 87-100, 2016

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de individuos altruistas. Esto demuestra que es necesario activarse de manera 

eficaz, tanto mental como físicamente, para llevar a cabo la labor altruista.

4. DISCUSIÓN 

La personalidad se traduce en conductas y no pueden existir las mismas sin 

un ambiente, ya que sin este no es posible construir un carácter. Vista así; 

la personalidad es el componente más importante del ser humano porque es 

la estructura que lo lleva a la correcta o incorrecta adaptación.

Según lo expuesto anteriormente, el altruismo se conjuga de manera importante 

en el marco de los tres rasgos de personalidad más sobresalientes, es decir, 

la conducta, el ambiente y el carácter. En este sentido, entonces, mediante 

la fuerza de voluntad, las creencias propias, el equilibrio, una buena dosis de 

comunicación eficaz, empatía, acción, movimiento y mucho compromiso es 

posible lograr o iniciar una conducta altruista, ya que la misma es innata en 

los seres humanos. En otras palabras, los rasgos del altruista están presentes 

y funcionan en todos, pero algunos los ejecutan o canalizan de forma más 

eficiente y positiva que otros. De esa cuenta, hay personas que logran construir 

un tipo de conducta de ayuda a los demás sin esperar retribución alguna, ya 

sea de forma material o emocional.

Es importante distinguir entre altruismo y “ayudar a otros”; muchos pueden 

confundir este tipo de conductas puesto que al fin de cuentas se trata de “salir 

al encuentro” del otro. La diferencia fundamental entre este tipo de prácticas es 

que, por una parte, el altruista no publicita lo que hace, vive en el anonimato; 

por eso es difícil ubicar a quien tiene esta conducta. Por otra parte, quien 

“ayuda a otros” muchas veces busca alguna ganancia secundaria como la 

aprobación y aceptación o simplemente busca ayudar por si en algún momento 

él mismo pudiese necesitar algún tipo de ayuda; es esa la razón por la que 

el altruismo se vuelve una actitud muy noble y entregada a los seres que más 

lo necesitan. Según los resultados obtenidos en la presente investigación, ser 

altruista es un estilo de vida motivado de manera psicológica por uno o varios 

de los rasgos de personalidad medidos en el test K72.

Los rasgos de personalidad no se pueden separar de los valores personales 

puesto que estos últimos son propuestos por la sociedad y la familia de cada 

individuo. Los rasgos de personalidad forman valores y viceversa. Es por ello 

que, tal como lo menciona Alonso (2004), para tener una definición exacta 

de valores es importante pensar en su origen y en todo lo que implican; 

los mismos se reconocen como una función transmisora de la generación 

adulta inmediata superior a todas las generaciones y culturas globales. Los 

valores pueden desarrollarse, pero siempre serán transmitidos para un objetivo