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Instituto de Agricultura, Recursos Naturales y Ambiente (IARNA)
Universidad Rafael Landívar (URL)

Perfi l Ambiental de Guatemala 2010-2012. 

Vulnerabilidad local y creciente construcción de riesgo

El Índice de Desarrollo Humano (IDH) de Gua-
temala para el año 2011 es 0.574, que corres-
ponde a la posición 131 de los 187 países 
para los que se disponen datos comparables 
(PNUD, 2011). El IDH de la región de América 
Latina y el Caribe (OR) pasó de 0.582 en 1980 a 
0.731 en la actualidad, por lo que el país se si-
túa por debajo de la media regional. Superado 
por Pakistán, Guatemala fue el segundo país, a 
nivel mundial, más afectado por los efectos del 
cambio climático en el 2010 (Harmeling, 2011). 

Al evaluar la relación que existe entre los de-
sastres y la pobreza en un clima cambiante, la 
vulnerabilidad económica a amenazas natura-
les es “muy alta”. A nivel mundial, Guatemala es 
el cuarto país con mayor riesgo de mortalidad 
por deslizamientos de tierra, el sexto por terre-
motos, y el tercero por deslizamientos de tierra 
(EIRD-ONU, 2009). 

Al evaluar los impulsores del riesgo, Guatemala 
se ubica en la posición 159 de 219 países eva-
luados, con tres notas por debajo de la media 
de cinco para: degradación ambiental y recur-
sos naturales (2.67), condiciones socioeconó-
micas y medios de vida (4.39), gobernabilidad 
(3.19) y ordenamiento territorial (7.16) (EIRD-
ONU, 2011). Aunque ha salido bien librado 
de la desaceleración económica internacio-
nal (CEPAL, 2011), las brechas de pobreza y 
desigualdad se han ampliado. 

Si bien el desempeño del país en materia social y 
económica ha sido ampliamente documentado, 
es necesario evaluar los veinticinco años de ins-
titucionalidad ambiental nacional, principalmen-
te el desempeño de las políticas públicas para 
“velar por el mantenimiento del equilibrio ecoló-
gico y la calidad del medio ambiente para mejo-
rar la calidad de vida de los habitantes del país”.
 

Para tal fi n existen diversas propuestas, entre 
otras, aquellas que tienen sustento en indicado-
res basados exclusivamente en las ciencias na-
turales (WWF, 2010); los que miden el grado de 
cumplimiento de los objetivos nacionales y los 
compromisos internacionales (OCDE y CEPAL, 
2005); los que utilizan métodos alternativos al 

Producto Interno Bruto (PIB) o contables (Bar-
telmus, 2008; Schepelmann, Goossens & Maki-
paa, 2010); y los que utilizan indicadores sinóp-
ticos que proveen un panorama contextual a 
partir de un conjunto de características o varia-
bles de interés, como el Índice de Desempeño 
Ambiental. 

4.3.2 ¿Qué es el Índice de 

Desempeño Ambiental? 

El Índice de Desempeño Ambiental (EPI, por 
sus siglas en inglés) es un indicador compues-
to relacionado con el concepto de evaluación 
de la sostenibilidad del desarrollo, que cuanti-
fi ca y clasifi ca numéricamente el desempeño 
ambiental de los países (Emerson et al., 2010). 
El EPI, que puede adoptar valores de 0 a 100, 
mide el esfuerzo de los países para reducir los 
impactos ambientales sobre la salud humana, 
y promover la vitalidad de los ecosistemas y la 
adecuada administración de los recursos natu-
rales; que se relacionan con el séptimo objeti-
vo de desarrollo del milenio (ODM 7), relativo a 
garantizar la sostenibilidad del medio ambiente.

Fue desarrollado por el Centro de Política y 
Ley Ambiental de la Universidad de Yale, en 
conjunto con la Red de Información del Cen-
tro Internacional de Ciencias de la Tierra de la 
Universidad de Columbia. Anterior a éste, fue 
publicado el Índice de Sostenibilidad Ambien-
tal (ESI, por sus siglas en inglés), que permitía 
evaluar el progreso total del mundo en materia 
de sostenibilidad, a partir de veinte indicadores 
básicos en torno a cinco objetivos fundamenta-
les de los sistemas de protección ambiental: a) 
reducción de las amenazas, b) disminución de 
la vulnerabilidad humana, c) capacidad social, 
d) capacidad institucional y e) ordenamiento 
ambiental mundial. 

El EPI surgió debido a diferencias de enfoque y  
utiliza indicadores orientados hacia resultados, 
por lo que puede ser empleado como un índice 
de comparación, y es más comprensible para 
políticos, científi cos, ambientalistas y la ciuda-
danía en general.