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Revista Eutopía, año 2, núm. 3, enero-junio 2017, pp. 279-289
¿Por qué funciona el intercambio de voces de los personajes
entre una y otra versión?
Martí va a probar intercambiar los diálogos de uno a otro personaje dentro
de sus prácticas ficcionales y dramáticas, como parte de sus búsquedas
como escritor del momento. Coloca palabras en boca de Barrundia, que se
repiten en la otra versión, tanto por Martino (que es un mestizo) como por
el Indio, como personajes. Esta manera de probar las voces intercaladas de
los personajes era también una práctica de Martí, de hacer notar a través
de sus personificaciones la trascendencia que tenía en la audiencia lo que
se decía, dependiendo de cuál audiencia fuera esta y en voz de quién se
estuviera diciendo lo que se decía. Pero también de probarse a sí mismo,
como creador de estos personajes, hasta dónde alcanzaban un efecto
discursivo esas palabras si el sujeto de enunciación cambiaba. Esto es algo
que todavía habría que trabajar más dentro de las teorizaciones del teatro de
ese momento y sus implicaciones en las ideologías que se querían transmitir.
A favor de la pieza teatral, y luego de leer el análisis de Juan Blanco, pensamos
que posiblemente sea en el tratamiento del conflicto donde Martí hace un
primer desplazamiento ideológico. Poner de manifiesto en los diálogos la
existencia del odio religioso parece una manera de interpretar el momento
desde el punto de vista indígena. No importando que este sea o no parte
del pensamiento anticlerical del gobierno de los liberales.
La cólera expuesta por los personajes indígenas es mucho más violenta que
la de los mestizos o españoles. Esa violencia parece estar siendo denunciada,
más que ser parte del estereotipo que se tenía del indígena, porque si
leemos bien, la imagen que se tenía del indígena era opuesta, se trataba de
seres aletargados, silenciosos y egoístas. Al contrario, en la pieza las voces
indígenas presentan una violencia más propia de seres que han sido abusados
por largo tiempo y, que cansados, repentinamente tienen la oportunidad de
rebelarse y hablar. ¿No podría también leerse este atrevimiento de Martí
de colocarlos hablando de esa manera, de la otra forma, como un «cierto
desprendimiento de la modernidad-colonialidad»?
21
.
21 Ver ibid., 126.