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Revista Eutopía, año 2, núm. 3, enero-junio 2017, pp. 153-175

Es decir que, desde sus inicios, los esfuerzos nacionales por la conservación 
de la diversidad biológica estuvieron fuertemente influenciados por una 
tradición conservacionista más bien anglosajona cuyo rasgo distintivo, a 
tenor de su herencia ideológica, era la separación entre los seres humanos 
y su entorno natural. Esta separación se hace evidente en la noción de 
«conquista» del mundo natural, la cual, de hecho, todavía prevalece entre 
muchos de los descendientes de los europeos colonizadores de la América 
del Norte

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, y que presupone un valor para las especies animales y vegetales 

en tanto contribuyan a la satisfacción de las necesidades humanas.  Por 
consiguiente, surge aquí la primera de tres paradojas relevantes para 
nuestro análisis, la que contrapone el valor de uso al valor de existencia 
de la diversidad biológica, o en un sentido más axiológico, la disyuntiva 
entre los «recursos naturales y la naturaleza». Los primeros derivan del 
sentido utilitario de la satisfacción de las necesidades humanas, y el tipo de 
estrategia o forma de apropiación del entorno natural.

El segundo concepto asume la existencia de tal entorno como un hecho 
independiente –aunque complementario– de las necesidades humanas.  
Este último argumento, además, afianza la visión desde la que se acepta la 
anteriormente referida separación entre el ámbito de la acción humana y 
la esfera de las áreas silvestres que deberán preservarse para el deleite del 
espíritu humano. Es así que aparece la segunda paradoja, a saber, la que se 
abre paso entre unas preocupaciones de inspiración «estética» –normalmente 
asociadas a las clases sociales más acomodadas– y unos imperativos por 
garantizar la «subsistencia» rural de amplias masas campesinas, a partir de 
la derivación de satisfactores materiales de los ecosistemas que habitan. 
Esta satisfacción de las necesidades de sustento rural puede deslindarse 
teóricamente de la noción utilitaria antes referida, en tanto se deriva de 
una aspiración por la subsistencia y no de la maximización del lucro, es 
decir, de una reivindicación del valor de uso para la satisfacción de las 
necesidades básicas más que del valor de cambio y de una fetichizada 
noción del entorno natural.

Finalmente, el desarrollo contemporáneo del capitalismo en la periferia 
introduce una tercera paradoja encarnada en la contradicción entre 

8 Michael J. Manfredo, Tara L. Teel y Alia M. Dietsch, «Implications of human value shift and 

persistence for biodiversity conservation», Conservation Biology 30, núm. 2 (2016): 287-296.