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Revista Eutopía, año 2, núm. 3, enero-junio 2017, pp. 153-175

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ConCesiones

 

forestales

 

Comunitarias

...

interesadas presuponen amenazas extremas por deforestación, incendios 
e invasiones, sin que las mismas sean necesariamente válidas en virtud 
de los logros conservacionistas de marras. Tal aspiración implica, al 
menos, dos circunstancias problemáticas para la viabilidad ecológica local.  
Por un lado, cualquier instalación de una red ferroviaria u otro tipo de 
infraestructura ecoturística sesgada a intereses particulares ajenos al bien 
colectivo, supondría, de suyo, impactos ambientales cuya cuantificación 
resulta imprescindible antes de echar a andar cualquier iniciativa en este 
sentido, así como los riesgos de una colonización incontrolable. Por el otro 
lado, un proyecto de ecoturismo que no responda a un modelo de gestión 
y manejo sostenible e integral de la RBM –tal y como  fue establecido 
para el modelo concesionario– no resulta necesariamente en una gestión 
territorial más ambientalmente amigable

41

. Una afluencia más numerosa 

y frecuente de visitantes, por ejemplo, no contribuiría necesariamente al 
modelo por el cual fue creada la RBM, pues además hay antecedentes de la 
falta de inclusión de las comunidades en la toma de decisiones.

La presencia de proyectos arqueológicos de gran calado ha esbozado un 
discurso que parece apuntalar unas asimétricas relaciones entre el centro 
y la periferia, en las que los vestigios civilizatorios del pasado –rodeados, 
desde luego de la naturaleza prístina– ofrecen un atractivo adicional para 
el ávido consumo turístico de los ciudadanos del norte global. De igual 
forma, la presencia de arqueólogos implica una noción dual de la realidad 
territorial, a saber, por un lado la construida desde el discurso estatal y las 
diferenciadas articulaciones de estos investigadores y los campesinos, y, por 
el otro, la que se deriva de las relaciones sociales, más bien caracterizada 
por una coincidencia geográfica matizada por unos sustratos políticos 
claramente distintos

42

.  La unidad y lucha de contrarios tiene aquí una 

dimensión que trasciende las consideraciones de la economía política 
del territorio, para incluir una disputa ideológica a propósito de la antes 
referida estrategia de apropiación del entorno natural, en la que parece 
evidente deducir que salen ganando quienes mejor alineados se encuentren 
con respecto a la hegemonía doméstica de la acumulación ampliada del 

41 Gillian Wallace y Andrew Russell, «Eco-cultural tourism as a means for the sustainable 

development of culturally marginal and environmentally sensitive regions», Tourist Studies 4, 

núm. 3 (2004): 235-254.

42 Isabel Rodas Núñez, «Las expediciones arqueológicas», 33-54.