120

U

niversidad

 r

afael

 l

andívar

v

icerrectoría

 

de

 i

nvestigación

 

y

 P

royección

Revista Eutopía, año 2, núm. 3, enero-junio 2017, pp. 103-150

2. El movimiento campesino ante la problemática            

campesina y rural

El desarrollo e impacto del capitalismo en su actual etapa ha constituido 
uno de los principales factores para el replanteamiento de las plataformas 
de lucha y las estrategias del movimiento campesino en Guatemala como en 
América Latina, las cuales trascienden la histórica pretensión de una reforma 
agraria. Hoy, dicha plataforma se articula como lucha por la tierra, defensa 
del territorio y, para el caso guatemalteco, por el desarrollo rural integral. 
Desde ahí demandan y confrontan de forma concreta al capital y al Estado.

La imposición de las dinámicas de acumulación capitalista como ejes de 
«desarrollo», la subordinación de la economía campesina en el marco de la 
política pública y la reproducción de las bases de desigualdad económica 
y social, expuestas en las páginas anteriores, provocaron diversas formas 
de movilización campesina. Así, se encuentran formas tradicionales y 
novedosas como la ocupación de tierras, marchas y bloqueos de carreteras, 
luchas contra la criminalización y represión política, denuncia nacional e 
internacional, búsqueda de diálogo y negociación con el Estado. Además,  
demandas de tierra, crédito para el arrendamiento, asesoría técnica y 
ayudas alimentarias que se explican en los efectos del cambio climático. 
También luchas de defensa del territorio ante la expansión de licencias de 
exploración y explotación minera, y la apropiación de fuentes de agua por 
latifundios agroexportadores y proyectos hidroeléctricos, en las cuales el 
movimiento campesino confluye y se funde con expresiones de resistencia 
procedentes de comunidades y de pueblos indígenas y mestizos. De forma 
complementaria, ha impulsado movilizaciones para lograr la aprobación 
de la LSDRI y la implementación de la PNDRI.

No obstante, las formas de acción colectiva adquieren hoy un nuevo 
matiz, siendo que buena parte del movimiento campesino ha sido gestor 
de formas de resistencia al expolio minero, hidroeléctrico y energético que 
viene experimentando el país, en especial durante los últimos tres lustros. A 
través de su dirigencia nacional, regional y local, el movimiento campesino, 
compuesto mayoritariamente por campesinado indígena, se ha hecho parte 
de una resistencia que se enraíza y gesta desde el territorio local.