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Revista Eutopía, año 2, núm. 3, enero-junio 2017, pp. 43-102

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Luego de intensa actividad, Tikal era una enorme ciudad-estado durante 
el Clásico Tardío. La zona central o de élite, en 15 km², tenía unas 3000 
construcciones, anchas calzadas, templos, palacios, juegos de pelota, plazas, 
sitios residenciales de la nobleza y temascales (del náhuatl tema, «baño», 
calli, «casa») o casas rituales de sauna

63

. En un área de 314 km² tuvo 

aproximadamente 92 000 habitantes, de los cuales alrededor de 11 300 
eran de la élite que vivía en la zona central; 50 700, en la periferia, y 30 000, 
en el área rural

64

. ¿Cuánta agua demandaba Tikal? ¿Qué superficie mínima 

cultivó para abastecerse de sus principales alimentos y sostener a un grupo 
tan numeroso? Las estimaciones, similares a las de El Mirador, conducen 
a cifras parecidas

65

, aunque la élite y el área construida de Tikal fueron 

mayores, por lo que su mantenimiento requirió más agua y alimentos. Toda 
la población del lugar necesitó un mínimo de 3 millones de litros diarios de 
agua (3000 m³), equivalente a 1 millón de m³ anuales, provisto por la lluvia 
y colectado en las lagunas, donde los pobladores se bañaban y pescaban. 
No hay evidencia de ríos. Los requerimientos de alimentos se estiman con 
el mismo criterio que para el caso de El Mirador.

Un equipo integrado por científicos de distintas universidades 
norteamericanas y guatemaltecas ha realizado y está realizando estudios 
sobre las principales características del uso y manejo del suelo, bosque 
y agua en Tikal que aporta información e interpretación valiosa para 
comprender la relación sociedad-naturaleza en el Clásico. Evidencias 
arqueológicas indican que en la zona central de Tikal, con palacios y siete 
templos de hasta 60 m de altura, hubo un complejo sistema hidráulico para 
almacenar y canalizar agua, que incluye la mayor presa construida por los 
mayas. Dicho sistema, que abastecía a la élite dirigente, consistía en dos 
grandes reservas: una presa, cercana a uno de los templos, con un muro 
de 10 m de alto, 80 m de largo y 60 m de ancho, y otra reserva junto a la 
acrópolis central. En ellas se acumulaba el agua de un pequeño nacimiento, 
probablemente estacional, así como el agua que caía durante la estación 
lluviosa; los mayas aprovecharon la inclinación del terreno para conectar 

63 Gene S. Stuart y George E. Stuart, Lost Kingdoms of the Maya (Washington: The National 

Geographic Society, 1993), 62.

64 Sharer, La civilización maya, 453.

65 Véase la sección 4.3. En cuanto al consumo de agua, se sugieren 30 litros diarios por persona. 

Para consumo de maíz, se utilizó el criterio de una libra diaria por persona. El área se estimó 

calculando un rendimiento de 15 quintales por manzana.