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Revista Eutopía, año 2, núm. 3, enero-junio 2017, pp. 279-289
de traidores y condescendientes con los regímenes dictatoriales, como le
sucediera tanto a Rubén Darío como a Gómez Carrillo
10
. Cada caso tenía
un tinte diferente; sin embargo a la distancia, la historia y la historiografía
literaria los ha condenado a pagar esos discursos, y en algunos casos más
que en otros, el pago ha sido la descalificación moral de los escritores
modernistas, situación que no sucedió con Martí. Y ese sí es un punto
relevante que se discute respecto a la distorsión del canon latinoamericano-
modernista desde esta investigación, aunque no aparezca como el foco
central de la discusión.
Sobre la invención del indio ideal, Blanco anota que, siguiendo a Jorge
Camacho
11
, revisa las dos versiones de la misma obra teatral de Martí, la
primera que consta de dos actos, un primer acto dividido en seis escenas, el
segundo en cuatro. La segunda versión de la obra inicia con la escena cuarta
de un primer acto a la que le siguen dos escenas y un segundo acto con
cuatro escenas. La pregunta que se nos ocurre es, ¿por qué dos versiones?
En las dos, Martí construye un perfil ideal del indio, o sea, un «sujeto
empoderado, dueño de sí, partícipe del proyecto patrio y con una violenta
actitud anticlerical. Además que reconoce su papel subalterno frente a los
intereses de la patria»
12
. La obra también se inserta en un género literario
poco trabajado por Martí, se trata de una de las cuatro obras de teatro que
escribe a lo largo de su vida. Además nos enteramos de que su concepto
del teatro social o de arte menor, como llamaban a este tipo de piezas,
entraba de manera muy sincera dentro de una de las dos concepciones
que tenía de la propia vida. En este caso, la pieza correspondía a lo que
Martí llamaba «la vida que se arrastra». En tanto otras obras de arte mayor
correspondían a «la vida que se desea»
13
.
10 Máximo Soto Hall cuenta que pocos días después de la visita de Martí a la mansión presidencial,
por conducto del licenciado Antonio Batres Jaúregui, recibió Martí el encargo de escribir un
drama cuyo tema debía ser la independencia de Centroamérica. Esta visita se llevó a cabo
unos días después de la llegada de Martí a la capital guatemalteca en abril de 1877; Juan Blanco,
«Colonialidad del saber y literatura: invención y anulación del indígena en Patria y libertad (drama
indio) de José Martí», A Parte Rei 72 (2010): 12.
11 Blanco, «La producción de la sub-alteridad», 114.
12 ibid., 115.
13 El teatro social es de arte menor, y el teatro de arquetipos de arte mayor. Los dos se parecen a
la vida, en el primero es la vida que se arrastra, y en el segundo, la que se desea (parafraseo de la
cita de Martí, en Blanco «La producción de la sub-alteridad», 115).