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Revista Eutopía, año 2, núm. 3, enero-junio 2017, pp. 215-228

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ntercambio

 

epistolar

 

entre

 

dos

 

hombres

 

de

 

la

 

diplomacia

...

Rio de Janeiro,

28 de julio de 1954.

Mi querido Gustavo,

 

Tus letras del 3 de julio fueron recibidas hasta ayer. Mas de 20 dias para 

llegar a Río. Como ves, los servicios postales caminan muy mal en este pais, que 
es todo un continente, y que se distingue por su extraordinaria desorganizacion 
administrativa. Afortunadamente, llegaron a su destino. Cuantas se habran 
perdido!

 

Los acontecimientos se produjeron, en efecto, mas rapidamente de 

lo que esperabamos. Por los conceptos de tu carta, advierto que coincidimos 
totalmente en nuestros juicios. No podia ser de otro modo, ya que enfocamos los 
problemas desde el mismo angulo. Creo, como tu, que nuestra diplomacia fallo en 
un momento decisivo, y que el Coronel Arbenz no se dio cuenta cabal de que seria 
echado por la borda, a pesar de las afirmaciones de que el pueblo se levantaria 
como un solo hombre en contra de la agresion. Creo, tambien como tu, que por 
no ser desleal a un grupo de ideologos comunistas, sacrifico el mas valioso de los 
movimientos polito-sociales que se han producido en Guatemala, despues del de 
1871, se entiende. Lo demas, es perfectamente explicable, dadas la corrupcion 
administrativa, la deslealtad de ciertos miembros del Ejercito, que no hicieron 
otra cosa durante los diez años de regimen democratico, sino enriquecerse a 
costa dela Nacion. Para ellos, no existia la revolucion, sino como posibilidad de 
lucro y de bienstar. Antes de dejar el pais, camino a Rio de Janeiro, dije a varios 
amigos que me despidieron en una comida, que la revolucion no se salvaria, si 
a tiempo no se creaba la mistica revolucionaria, que habria de darle profundo 
contenido y ser la razon basilar de su existencia. Por otro lado, era imprescindible 
volver al 44, con honestidad, sin preocupaciones individuales, subordinando el 
interes personal al colectivo. Es posible que mis palabras no hayan sido oidas con 
agrado por alguno de los que tenian entonces mayor influencia en los llamados 
circulos revolucionarios; pero, si dejaron huella en personas que deploran, como 
nosotros, la caida de un regimen que pudo haber asegurado la transformacion 
social y economica del pais, y que, ademas, pudo haber realizado el milagro de 
su redencion cultural. Como tu, he pasado intensa crisis, que ha puesto  mis