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Revista Eutopía, año 2, núm. 3, enero-junio 2017, pp. 153-175
Petén, que son, a juicio de este autor, «un modelo alterno, centrado en las
comunidades». Para Gálvez
50
, por lo tanto, es preciso que las autoridades
centrales asuman unas tareas en la conducción de las concesiones
comunitarias ajustadas a cada condición, a saber: (i) un papel promotor
para las concesiones más vulnerables; (ii) uno subsidiario para las que se
encuentran en mejores condiciones; y (iii) uno facilitador y regulador para
las de tipo industrial. Hay que recordar que, a decir de Escalón
51
, en veinte
años de existencia, las concesiones no han tenido un momento de paz en
virtud de que se encuentran en un territorio rico en recursos y acotado por
dos fronteras conflictivas por donde se trasiegan drogas y armas, lo que
despierta el interés de políticos, empresarios y narcotraficantes. Así, los
concesionarios han tenido que hacer frente a múltiples amenazas.
Conclusiones
Los antecedentes del discurso conservacionista oficial guatemalteco se
encuentran en las prácticas de protección estricta desarrolladas en
los EE. UU., en la separación ontológica entre sociedades humanas y
entornos naturales, y en las contradicciones consustanciales a la disputa
ideológica por el territorio. Entre estas últimas destacan las siguientes: (i)
entre el utilitarismo y la complementariedad; (ii) entre la aspiración estética
y la subsistencia; y (iii) entre la protección de la vida silvestre y el destierro
humano. A cada una de estas contradicciones le corresponde un desafío
que pone en peligro la integridad ecológica del territorio de la RBM, a
saber: (i) una naturaleza concebida únicamente como fuente inagotable de
satisfactores materiales para las necesidades humanas; (ii) una separación
entre los esfuerzos por preservar áreas relictas de importancia ecológica
y la lucha por la transformación estructural que ponga fin a un modo de
producción cuya lógica operativa trasciende los umbrales de resiliencia
ecológica y social; y (iii) unas prácticas conservacionistas ajenas a las
realidades sociales, cultural y económicamente diversas de esta región
y, por lo tanto, carentes de la legitimidad necesaria para alcanzar sus
objetivos de manejo y preservación de la diversidad biológica. El sustrato
ideológico occidentalizado de los esfuerzos oficiales conservacionistas en
Guatemala marcha a contrapelo de la cosmovisión vernácula a propósito
50 Gálvez, «Concesiones forestales».
51 Escalón, «Los últimos guardianes del bosque».