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Revista Eutopía, año 2, núm. 3, enero-junio 2017, pp. 153-175

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ConCesiones

 

forestales

 

Comunitarias

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naturales, supone el riesgo de que el ideario conservacionista se instale 
en el imaginario colectivo como una serie de frivolidades de una clase 
social acomodada que ha contribuido históricamente a la marginación de 
la mayoría campesina y nos remite a la segunda contradicción sobre la 
injusticia social. Las aspiraciones estéticas –en el sentido de los placeres 
sensoriales obtenidos desde la interacción desarticulada entre los seres 
humanos y el mundo material

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 – de unos actores sociales sensibilizados, 

y generalmente provenientes de sectores acomodados, han permeado la 
militancia conservacionista desde sus orígenes norteamericanos

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; tal es 

el caso de las élites neoyorquinas del siglo XIX, para quienes la idea de 
la conservación de la naturaleza se derivaba de unos impulsos de orden 
contemplativo y recreativo

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.  Estas motivaciones sirven de asidero a una 

separación entre el templo para el ocio y la contemplación, por un lado, y 
las relaciones sociales de producción capitalista, por el otro.  Es decir, que 
una opción de clase impide visualizar el vínculo funcional entre el modo 
de producción hegemónico y las estrategias de apropiación del entorno 
natural que le son consustanciales.

En este sentido, la retórica filantrópica conservacionista contemporánea 
ofrece un ejemplo paradigmático. Mientras las ONG internacionales 
conservacionistas ponen en marcha programas restrictivos y, en ocasiones, 
contrarios a los intereses de las poblaciones rurales empobrecidas, 
sus estrategias de financiación aceptan los recursos provenientes de las 
industrias más contaminantes del planeta, instalándose de esta forma una 
suerte de paradoja existencial que vela por la conservación de la vida silvestre 
empleando los fondos provenientes de unas altamente redituables –pero 
significativamente contaminantes– actividades económicas

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, provocando 

así la referida contradicción del esencialismo biológico.

Una lectura pragmática de esta situación reflejaría verdades de Perogrullo y 
afianzaría la aspiración de hacer lo que se pueda en el marco de la realidad 

17 James S. Duncan y Nancy G. Duncan, «The Aestheticization of the Politics of Landscape 

Preservation», Annals of the Association of American Geographers 91, núm. 2 (2001): 387-409.

18 David Lowenthal, «Natural and Cultural Heritage», International Journal of Heritage Studies 11, 

núm. 1 (2005): 81-92.

19 Duncan y Duncan, «The Aestheticization of the Politics», 393.

20 Jim Igoe y Dan Brockington, «Neoliberal Conservation: A Brief Introduction», Conservation and 

Society 5, núm. 4 (2007): 439.