144
U
niversidad
r
afael
l
andívar
v
icerrectoría
de
i
nvestigación
y
P
royección
Revista Eutopía, año 2, núm. 3, enero-junio 2017, pp. 103-150
No obstante algunos logros alcanzados en materia de concesiones
gubernamentales menores, resulta obvio que la movilización campesina,
en las condiciones de desarticulación en el movimiento campesino y con
una correlación de fuerzas adversa, ha enfrentado limitaciones para lograr
la aprobación de la LSDRI, la implementación coherente de la PNDRI y
frenar el proceso de profundización del modelo de acumulación de capital y
los efectos que implica en la economía campesina en general, con su cauda
de despojo y desplazamiento, mayor inseguridad alimentaria, pérdida de
fuentes de empleo, etc. En estas circunstancias, es poco factible desplazar
los intereses que han regido la política estatal en materia agraria y rural, los
cuales siguen teniendo la capacidad de vetar la ley y el funcionamiento de
la política. Así las cosas, la disputa sigue siendo ganada por el gran capital
organizado, el cual ha logrado el retraso, cercenamiento y supeditación de
la propuesta de la LSDRI devenida de 2009.
Lo anterior hace poner en cuestión las condiciones de la lucha campesina y
la estrategia política implementada, siendo el carácter dilatorio e inefectivo
que regularmente presentan los espacios de diálogo abiertos por el Estado,
la inefectividad de aquellos acuerdos cuando son suscritos, así como el
desarrollo de políticas productivistas, extractivas y expoliadoras que
avanzan a paso firme, y las acciones de criminalización, control y represión
hacia el movimiento (una constante que experimenta la protesta social en
general) para garantizarlas.
En general, puede afirmarse que las tendencias globales del capital
–que se concretan en el territorio guatemalteco a través de los proyectos
extractivos y el sostenimiento de la estructura de la tenencia de la tierra,
la implementación del modelo primario exportador y las políticas públicas
facilitadoras del mismo– son contrarias a la solución de la problemática
que enfrenta la población rural en condición de pobreza y marginación, y
a la búsqueda del movimiento campesino porque se decrete la LSDRI y se
implemente la PNDRI con las pretensiones fundamentales procedentes de
la propuesta campesina de 2009.
La aprobación de la iniciativa para la LSDRI, con los contenidos y objetivos
pretendidos por el movimiento campesino es poco probable que ocurra.