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Revista Eutopía, año 2, núm. 3, enero-junio 2017, pp. 103-150
En un sentido contraproducente y contrario a las búsquedas de las
organizaciones campesinas que se movilizaron desde Alta Verapaz, también
fue revelador como otras organizaciones campesinas, como la Conic,
aprovecharon el momento para negociar su propia agenda, evidenciando
el momento de desarticulación y cooptación gubernamental de una parte
del movimiento y, por consiguiente, una de sus debilidades. Fue evidente
la cooptación de esa y otras organizaciones campesinas menores, quienes
constituyeron un soporte político al gobierno de Otto Pérez Molina
a cambio de financiamiento e intermediación en la entrega de ayudas
alimentarias e insumos que integraron la política clientelar gubernamental
45
.
Con la marcha campesina, desde el movimiento campesino se situó un
conjunto de conflictos y luchas específicas, pero también luchas de carácter
intermedio, que atendían la demanda campesina inmediata. Fue importante
reposicionar la problemática agraria en la coyuntura nacional y presionar
al Gobierno en dirección a activar la PNDRI. Es hasta esta movilización
que se logró negociar y hacer que la política pública avanzara, aunque
débil y parcialmente como ha sido expuesto anteriormente. Este último
punto es relevante pues plasma la reivindicación del agro marginado,
de los sujetos campesino e indígena y de la economía campesina, y
replantea el papel del Estado en la solución de la problemática agraria y el
desarrollo rural. Momentáneamente también se logró la disminución de la
orientación represiva en contra de la organización campesina, indígena y
popular; no obstante, esta política se reactivó y recrudeció posteriormente,
especialmente a partir del segundo semestre de 2012.
Pero el proceso continuó su curso. Como se ha visto, la economía
campesina y en particular el ámbito rural siguen experimentando los
condicionantes e impactos negativos de una estructura de tenencia de la
tierra y de un modelo de acumulación de capital que, en su etapa actual,
transcurre a través de proyectos y actividades extractivas controladas por
el gran capital local y transnacional, y de un Estado desmantelado por
45 Tanto la dirigencia de la Conic, como de la Asamblea Nacional del Magisterio y del Sindicato
Nacional de Salud, claramente se constituyeron en corporaciones del Gobierno del Partido
Patriota, en un intercambio de recursos y representación política sectorial a cambio de
supeditarse a la estrategia gubernamental y garantizar su apoyo político en momentos de
problemas de legitimidad, tal y como sucedió en 2015 durante la crisis que llevó a la renuncia y
posterior procesamiento judicial del presidente y de la vicepresidenta de la república.