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Revista Eutopía, año 1, núm. 2, julio-diciembre 2016, pp. 289-299, ISSN 2518-8674 

no es así, porque dicen que por el momento, su existencia como ejército 
armado es necesaria para defender el movimiento, pero que el suyo es un 
ejército que busca ser innecesario, que el ejército es una necesidad temporal 
y desafortunada. Poner en el centro el mundo que todavía no existe es 
crucial, pero el problema de cómo pensar la relación con el mundo que 
todavía sí existe es siempre complicado. 

14. El sujeto revolucionario viene también, necesariamente, del mundo 
que todavía no existe. No de un ejército de santos sino todo lo contrario. El 
ejército de santos, de revolucionarios puros, está en el núcleo del concepto 
vanguardista: un grupo de personas que han logrado levantarse, moral 
y teóricamente, encima de las contradicciones de la sociedad capitalista. 
Para un concepto basado en la esperanza, es todo lo contrario. Decir que 
el sujeto revolucionario viene del mundo que todavía no existe significa 
simplemente que es la existencia de ese mundo en el presente, lo que 
constituye la posibilidad de revolución. Ese sujeto es el mundo de la latencia, 
el mundo de lo que existe en el modo de ser negado. Es el impulso hacia 
la autodeterminación que existe ya como resistencia-y-rebeldía, contra la 
determinación ajena de nuestra actividad. Si pensamos en el capitalismo 
como algo constituido por la abstracción de nuestro hacer en una totalidad 
determinada por la ley del valor, entonces el sujeto revolucionario es el 
impulso contrario, el movimiento destotalizante de decir: «no, vamos a 
hacer las cosas que nosotros consideramos necesarias o deseables».

¿Es este sujeto la clase trabajadora? Sí, pero solamente si empezamos desde 
el carácter dual del trabajo y si entendemos lo que Marx llamaba el trabajo 
concreto como la actividad humana que existe en-contra-y-más-allá de 
su abstracción totalizante como trabajo capitalista. La lucha de la clase 
trabajadora, entonces, como el movimiento comunizante de la actividad 
autodeterminante contra su determinación ajena por la ley del valor. La 
lucha de la clase trabajadora como movimiento por la emancipación de la 
actividad del trabajo. Tiene que ser así: la clase trabajadora entendida como 
personificación del trabajo abstracto (o asalariado) solo puede reproducir 
el mundo del trabajo y por lo tanto del capital.

15. Este impulso hacia un mundo diferente es algo que probablemente 
todos reconocemos dentro de nosotros. Pero al mismo tiempo sentimos