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EspEranza

Revista Eutopía, año 1, núm. 2, julio-diciembre 2016, pp. 289-299, ISSN 2518-8674 

nuestro concepto de la revolución? Este tema no fue desarrollado por 
Bloch, quien vivía críticamente en el mundo de los partidos comunistas. 

La idea de poner el mundo que no existe, el mundo que queremos crear, 
en el centro de nuestra comprensión de la política anticapitalista ha estado 
ganando fuerza en los últimos treinta o cuarenta años. Es la idea de que 
una política radical tiene necesariamente que ser prefigurativa, que nuestras 
acciones y formas de organización tienen que prefigurar la sociedad que 
queremos crear. La idea está estrechamente asociada con el feminismo, 
pero ha estado aceptada por muchos movimientos (el horizontalismo 
como principio, por ejemplo).

Un ejemplo muy importante es el movimiento zapatista: aunque tiene un 
ejército (el EZLN

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) organizado de forma jerárquica, su impulso central 

desde el principio (y cada vez más) ha sido la lucha por la dignidad, la 
creación aquí y ahora de un mundo basado en el reconocimiento mutuo 
de las dignidades. Ese es el principio central de sus sistemas de educación, 
salud, justicia y organización política: resistimos-y-rebelamos, creando el 
mundo que queremos. 

13. Esto significa una asimetría fundamental respecto a la organización 
capitalista. Nuestras formas de organización son necesariamente asimétricas 
a las formas capitalistas: si no, estamos reproduciendo simplemente las 
formas del mundo que rechazamos. Esto implica un rompimiento con 
la tradición leninista que dominó mucho del pensamiento revolucionario 
del siglo XX. En esa tradición se pensaba en la organización de manera 
simétrica: adoptamos la forma de organización más eficiente para derrocar 
la sociedad actual, sea un partido, sea un ejército y, luego, una vez cumplido 
el objetivo, vamos a crear otras relaciones sociales. La organización se 
entiende como un medio para obtener un fin: se adopta el instrumentalismo 
característico del pensamiento burgués. Por otro lado, si colocamos la 
esperanza en el centro, entonces la organización es la organización del 
todavía-no, del mundo en latencia que existe en el modo de ser negado 
y que es necesariamente una anticipación o prefiguración del mundo que 
queremos crear. ¿Es eso suficiente? Los zapatistas sugieren que tal vez 

2 Ejército Zapatista de Liberación Nacional.