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Revista Eutopía, año 1, núm. 2, julio-diciembre 2016, pp. 289-299, ISSN 2518-8674
la lucha por la democracia tome el lugar de la revolución, olvidándonos
del concepto del capital. Hay una reducción de las expectativas, apoyada
muchas veces por el pensamiento estructuralista o posestructuralista. Nada
más que el problema con bajar las expectativas es que, aunque cambios
deseables sí se pueden lograr dentro del capitalismo, nos quedamos
atrapados dentro de una dinámica de muerte, dentro de la lógica del dinero,
de la ganancia.
La otra respuesta posible es decir «sí, es cierto que la revolución fracasó,
pero la catástrofe del capital está ahí todavía, y más terrible que nunca.
Tenemos que mantener viva la idea de la revolución, mantener viva la
esperanza de una sociedad radicalmente diferente. Tenemos que reaprender
la esperanza, reaprender la revolución». A pesar de lo imposible que pueda
parecer, tenemos que romper la dinámica del capital.
11. Memoria: la cuestión de la memoria entra aquí. Sé que es un tema muy
importante de reflexión y de investigación aquí [en Guatemala], como debe
ser la memoria de la guerra, de las masacres, del genocidio. Me parece muy
importante como homenaje a los caídos. Recordarlos desde la esperanza
agrega otra dimensión, es recuperar no solamente sus vidas y luchas y
muertes, sino también recuperar sus sueños, sus rabias, sus aspiraciones,
aspiraciones que todavía no se han realizado, sueños y rabias que quedaron
abiertos. Rememorar se redimensionar como redimir. Ellas y ellos murieron
con la bandera de la rabia y de la esperanza en las manos. Nos toca a
nosotras y nosotros levantar las banderas caídas y hacerlas nuestras. No
que vamos a luchar de la misma manera, porque finalmente fracasó esa
manera de concebir la revolución, pero sí compartimos la misma rabia
contra un sistema asqueroso y compartimos la misma aspiración de crear
una sociedad muy, muy diferente. No es cuestión simplemente de memoria
sino de redención.
12. Pensar la esperanza es pensar la revolución, pensar la revolución es
pensar la esperanza. No como antes, porque eso fracasó de forma terrible.
Pensar la esperanza-revolución es pensar desde el mundo que todavía no
existe y existe todavía-no. ¿Qué significa esto en términos de organización?
¿Qué pasa si ponemos el mundo que todavía no existe en el centro de