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Revista Eutopía, año 1, núm. 2, julio-diciembre 2016, pp. 259-274, ISSN 2518-8674
trabajadores y trabajadoras del banano en las plantaciones de Chiquita
Brand International, en el municipio de Entre Ríos, Izabal.
La fotografías son solo una muestra de miles de hombres, mujeres y niños
cuyas vidas están marcadas por el trabajo, generador de riqueza que está
expropiado por otros; hombres y mujeres que tratan de sobrevivir de
sus magros salarios que nunca alcanzan; hombres, mujeres y niños que
invierten sus energías físicas y mentales en mercancías que compramos
y consumimos sin reflexionar en torno a las condiciones barbáras en que
realizan su trabajo.
Las miradas expuestas acá nos interrogan y nos interpelan en un aspecto
fundamental: ¿por qué los derechos de los trabajadores y las trabajadoras
no se cumplen en este país y qué podemos hacer para cambiar esta
oprobiosa realidad? El peso del incumplimiento de los derechos laborales
lo cargamos todos aunque no lo reconocemos, aunque no lo sabemos.
¡Acaso los aberrantes niveles de desigualdad, el hambre, la pobreza y la
violencia no son algunas de sus más evidentes manifestaciones!
Hablar del trabajo en el siglo XXI obliga a vernos en el espejo e interrogarnos
sobre el presente, sobre las injusticias que se cometen a diario en el seno del
trabajo, sobre la impunidad imperante, sobre el silencio y temor de exigir
derechos que deberían poder ejercerse y no ser catapultados por el riesgo
de perder la única fuente de trabajo que permite alimentar a la familia.
La profunda penetración de la lógica del capital en la vida cotidiana de
la sociedad guatemalteca ha permitido la invisibilización de las formas
extremas de explotación, y moldeado prácticas e imaginarios que
desconectan políticamente al consumidor del trabajador. ¿Hasta cuándo?
S
imona
V. Y
agenoVa
Profesora e investigadora de Flacso Guatemala
Autora de la selección fotográfica
«El mundo del trabajo en el siglo XXI»