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Revista Eutopía, año 1, núm. 2, julio-diciembre 2016, pp. 181-202, ISSN 2518-8674
2. PGT y FAR, cotejo de dos experiencias revolucionarias
De acuerdo a Ramírez, las diferencias de los grupos revolucionarios
fundadores de las FAR impidieron una relación más articulada sobre la
estrategia de la revolución. Considero importante citarlo in extenso:
En diciembre de 1962, tres organizaciones que expresamente adoptaron
la lucha armada como línea revolucionaria (el PGT, con el nombre de
Destacamento 20 de Octubre, el MR-13 de Noviembre y el MR-12 de Abril)
fundaron las «primeras» Fuerzas Armadas Rebeldes. Como tenían orígenes
muy disímiles, concepciones diferentes de proyección y objetivos de la
lucha armada revolucionaria, y ninguna noción estratégica, convinieron en
elaborar conjuntamente un programa y una estrategia. Demás está agregar
que tal convenio no mereció jamás el menor esfuerzo práctico
6
.
Esto significaba, entonces, una diferenciación interna en el seno desde la
fundación de las FAR, allí donde la estrategia del PGT se dislocaba de la
llevada por la guerrilla enmontañada e incluso del canon de los militares
sublevados que formaban parte de ella. Pese a que desde 1962 y 1963 se
había tratado de crear una organización conjunta, revolucionaria, entre el
Movimiento Revolucionario 13 de Noviembre y el PGT, las diferencias
entre la evolución de Turcios –con su generación guerrillera– y los caminos
del PGT, de antiguos dirigentes en el arbencismo (1951-1954) tendieron,
paulatinamente, a un quiebre en el marco de la guerra contra el Estado.
Uno de los principales quiebres tenía que ver con las diferencias entre la
importancia conferida a la «sierra» –el campo– y a la «resistencia urbana»
–la ciudad–.
De hecho, Ramírez critica la dependencia de suministros y logística que
tenía la sierra respecto a la ciudad
7
. Con esto nos acercamos a un punto
de divergencia tremendo: el movimiento de la ciudad al campo y del
campo a la ciudad. Históricamente, en el PGT había sido «la ciudad como
dirigente del campo», lo cual variaba en un aspecto con las FAR pero,
sorprendentemente, se repetía en otro sentido. ¿Por qué? Variaba en tanto
las FAR veían en los destacamentos o columnas guerrilleras de la «sierra»
6 ibid., 105.
7 ibid., 113.