198
U
niversidad
r
afael
l
andívar
v
icerrectoría
de
i
nvestigación
y
P
royección
Revista Eutopía, año 1, núm. 2, julio-diciembre 2016, pp. 181-202, ISSN 2518-8674
Varios aspectos destacan en la construcción del concepto. Uno, la
revolución es una guerra común contra los opresores
39
. Dos, la guerra
revolucionaria debe ser orientada por la ideología proletaria.
Tres, la nación es la categoría que articula la lucha desde las diferencias de las
minorías y las necesidades. Cuatro, los grupos nacionales son concebidos
como particularidades dentro de una nación aún mayor: Guatemala.
Es, pues, la revolución aprehendida desde categorías de homogeneidad
y diferencia, más que de heterogeneidad y de no identidad
40
. El canon
leninista es el que guía la interpretación de la revolución como guerra de
liberación nacional, allí donde la unidad, la vanguardia y la acumulación
sintética de la diversidad de necesidades son el bastión de la lucha. La
lucha de clases, nacional y local, se ve inmersa en una lucha contra el
imperialismo y en la lucha de liberación socialista en cada país. Hay pues
distintos planos de enfrentamiento: la lucha de clases local –proletarios y
campesinos contra la oligarquía– y la lucha de clases mundial –socialismo
versus imperialismo–.
Ahora bien, ¿existe acaso una tensión entre la vanguardia, la toma del Estado
y la particularidad de la lucha indígena, desde su propia concepción del
mundo y de la forma organizacional? Consideramos que sí, sobre todo en
la naturalización que del concepto de nación y Estado hace el movimiento
revolucionario, en este caso Ramírez. La revolución era el proceso de lucha
a través del cual se construía una nueva nación, la cual podía sintetizar a los
grupos particulares, llamados por Ramírez «grupos nacionales». La toma
del poder estatal permitiría romper con el canon de dominación clasista
de la sociedad guatemalteca, especialmente en su núcleo neurálgico de
las relaciones finqueras. Es a partir de la dominación finquera-estatal que
se configura la escisión entre los indígenas y los no indígenas, en tanto
remanente de una dominación estamental de origen colonial. Existe en la
biografía de Turcios Lima una tensión entre la apertura revolucionaria y el
encauzamiento vanguardista.
La lucha común por la democracia y la tierra fue la que, en principio,
inauguró el periodo de mutuo conocimiento entre la ciudad y el campo,
39 ibid., 94.
40 Theodor Adorno, Dialéctica negativa (España: Editorial Taurus, 1975).