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Revista Eutopía, año 1, núm. 2, julio-diciembre 2016, pp. 181-202, ISSN 2518-8674
Uno, el PGT es una organización que no está plenamente decidida por la
lucha armada y, por el contrario, busca cuotas de poder que le permitan
negociar con el gobierno de Guatemala, especialmente en la coyuntura de la
candidatura de Julio Méndez Montenegro. Dos, el PGT es en extremo una
organización burocrática, rígida, separada de la lucha revolucionaria que
–no olvidemos– Ramírez considera que debe estar en la sierra guerrillera.
Tres, el PGT pertenece a la generación del arbencismo y no está al tanto de
un replanteamiento masivo y profundo de sus prácticas políticas.
Generacionalmente, el PGT representa un momento histórico rebasado de
lo político, asociado al Estado y no está, en el sentido de Ramírez, integrado
por una línea clara y estratégica de una guerra popular revolucionaria. El
PGT, según Ramírez:
Ha sido la fuente más constante de las confusiones, de las vacilaciones, de los frenos,
de las maniobras, que han obstaculizado el desarrollo de la guerra revolucionaria
popular y de la revolución
15
.
Pero, ¿qué relación tienen estas severas críticas con la Biografía en sí? Créase
o no, respondiendo a esta pregunta nos acercamos al propio concepto de
revolución en Ramírez. La Biografía es la construcción de un héroe trágico:
Turcios Lima como el joven comandante que pudo haber unificado los
esfuerzos de la revolución guatemalteca.
Los dirigentes del PGT esperaban domesticar a Turcios haciéndolo participar
cada vez más en las ‘tareas del Partido’ (dictar charlas, atender actividades
de organizaciones de masas, etc.), anular su sustentación revolucionaria,
despersonalizarlo, para usar su nombre y su prestigio como hicieron con Árbenz, hasta no dejar
más que una sombra: y como hacen con los que creen, como nuevos católicos, que
efectivamente esa despersonalización constituye una virtud comunista
16
.
Este es el eje de la Biografía: el PGT retuvo la construcción de un líder
orientador y articulador de la revolución social, imprimiéndole el carácter
partidista y burocrático a un joven con potencialidad de comandante
en jefe de las FAR. Van asomándose en Ramírez la interpretación de la
revolución como necesitada de un líder carismático, fuerte, capaz de darle
las estrategias y tácticas a un movimiento nacional-revolucionario.
15 ibid., 104.
16 ibid., 119.