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Revista Eutopía, año 1, núm. 2, julio-diciembre 2016, pp. 113-180, ISSN 2518-8674
P
edro
e
milio
m
archetti
r
ecetas
Para
una
distoPía
Planetaria
:
arquitecturas
energéticas
-
climáticas
Al menos cuatro actores posibles saltan a la vista como candidatos
para apoyar una política energética/climática efectiva: i) un consorcio
de naciones del norte de Europa que han salvado alguna regulación
significativa sobre el capital ante la embestida de la financiación neoliberal
y que han demostrado una alta competencia en tecnologías de energía
alternativa (Dinamarca, Alemania, Suecia, Noruega); ii) un consorcio de
pueblos indígenas que tratan de ejercer sus derechos colectivos en la lucha
por la autonomía territorial; iii) una nación con altos niveles de pobreza
como Nicaragua, que está cerca de liberarse de la dependencia de carbono;
iv) un país con pasos significativos en el campo del ecodesarrollo como
Costa Rica.
La carga de carbono en el paquete energético de los pueblos indígenas
se mide en kilos/persona no en toneladas/persona, como es el caso de
Estados Unidos de América, Japón y países europeos. Según estimaciones
de la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la
Agricultura (FAO), América Latina reúne la mayoría de la biodiversidad
del planeta con un 25 % únicamente en las áreas transfronterizas andinas y
un 80 % de las áreas con mayor riqueza biológica coincide con territorios
indígenas
93
. Las cosmologías de las naciones indígenas hacen prominente
la agencia de la naturaleza, imaginan sus sociedades como parte de la
naturaleza y se mantienen firmes en la ética de la vida en armonía con los
ciclos del planeta. Son la fuerza principal del mundo que resiste al auge
de la economía extractiva. Además, en el hemisferio occidental, lograron
combinar esas cosmologías con altas civilizaciones urbanas.
Cuando Colón llegó, Cook y Borah concluyeron que la meseta central
mexicana por sí sola tenía una población de 25.2 millones. Por el contrario,
España y Portugal juntos tenían menos de 10 millones de habitantes.
México central, decían, era el lugar más densamente poblado del mundo,
con más del doble de la población por milla cuadrada que China e India.
«Los historiadores y antropólogos, no obstante, parecen no haber prestado
mucha atención» a Cook y Borah, señaló Dobyns. Años más tarde, su obra,
junto con la de Denevan, Crosby y William H. McNeill, finalmente les
hicieron tomar nota. Sobre la base de sus trabajos y el suyo propio, Dobyns
93 Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO), Pueblos
indígenas y áreas protegidas en América Latina (Santiago de Chile: FAO, 2008), 4.